El Gato

¿Quién dijo que un gato no podía amar, que era arisco y antisocial?

La noticia le pilló por sorpresa para qué negarlo.

Pero al cerrar los ojos y entrar en sintonía con la Divina Potencia Creadora, lo entendió.

Comprendió todo. Y que también era verdad.

-Ella te dijo la verdad Madre -le dijo sonriente abriendo los ojos.

Ella elevó una ceja y le preguntó:

-¿Tú ya lo sabías?

-No es bueno saberlo todo Madre, ni siquiera para mí -comentó con tranquilidad-. Sólo acabo entrar en contacto con el Equilibrio para conocer la verdad.

Su madre puso cara de circunstancia y replicó:

-Imagínate mi shock cuando me lo ha dicho esta mañana.

Se la podía imaginar de inmediato. No necesitaba detalles.

-Eso es lo más fácil -admitió divertido antes de decir con franqueza-. Pero así tiene mucho más sentido que Mek me encontrara y me llevara contigo, estaba destinado a que fuera así.

Su madre admitió con franqueza:

-Con la sangre que tengo y que ahora se o sin ella, si ese gato salido te hubiera traído en la cesta como lo hizo mi opinión no hubiera sido diferente, sabes que mi poder lo uso en una sola dirección.

-Eres la parte maternal de Araush que sobrevivió al declive Madre -señaló Nebjeperure-. Hasta Core lo entiende, él pasó por un proceso parecido.

Viendo a los dioses juntos, en esa relación tan natural y propia de ellos, el joven regente entendía ahora por qué el rey de las deidades élficas no le guardaba rencor alguno a la que definitivamente volvía a ser su consorte extraoficialmente u oficialmente.

Luan se rió divertida mirando a la pareja.

-No entremos en tecnicismos que hasta ahora no fueren necesarios, soy tu Madre sin más –

Usermaatre bromeó:

-Una Semidiosa al uso.

Ella lo fulminó con la mirada

-User…. -soltando un gruñido.

Este se encogió de hombros.

-Me encanta chincharte con tu vergüenza a tu poder.

-Madre en realidad lo disfrutas -dijo el rey de la Tierra Negra.

Su Gran Esposa Real agregó:

-Os parecéis un poco a esos dos, pero a nivel terrenal.

-Claro, vosotros no erupcionáis volcanes -rio Nebjeperure.

Su madre miró a Protector de Maat de forma socarrona:

-No se que es peor, humano o elfo solar.

El aludido la miró sorprendido antes de fruncir el ceño:

-¡Eh!

Con eso le arrancó una sonrisa a su madre.

Así confirmaba su certeza de que eran la pareja ideal. Daba igual la diferencia de especies, eran las almas las que eran compatibles. Y sí, definitivamente eran un reflejo de la pareja divina.

-A los elfos solares aún hay que darles tiempo para abrirse más a los demás -reconoció Corellon.

La Señora del Caos agregó:

-En cambio los drows poco a poco van avanzando.

Su madre rodó los ojos e ironizó:

-¿Os estáis dando cuenta de que estáis diciendo exactamente lo mismo?

Los dos dioses se miraron divertidos. Finalmente, la Tejedora del Destino reconoció:

-Es posible, pero ahora mismo es más fácil que entréis en la Antípoda Oscura que en la capital de los elfos solares.

-Estoy en ello, estoy en ello -dijo Corellon cayendo a conciencia en la trampa-. Por eso me parece buena idea la reunión para dentro de diez meses para seguir normalizando relaciones.

Su madre se estremeció al oír aquellas palabras:

-No gracias, entiendo el cambio que estás intentando, pero creo que me sobrepasaría ir a ese lugar.

El joven regente apretó los labios antes de decir:

-Entonces no iremos a ninguno de los dos.

Él también tenía ciertos reparos en la idea de ir a la capital de los elfos solares debido a su pasado y por ello comprendía a su madre. Sin embargo, también quería darle un voto de confianza a Corellon.

Ib colocó su mano sobre su hombro y le animó:

-Siempre pueden abrir embajadas en Ajet-Atón.

Sí, esa era una idea que llevaban acariciando cierto tiempo. Pero pese a sus deseos de acelerar las cosas, entendía que debía dejar correr el tiempo. Ya llegaría el momento en que elfos, enanos y humanos se entremezclasen en su hogar… como siempre había querido para seguir aprendiendo de todos ellos.

-Lo harán cuando estén preparados -comentó con una sonrisa-. Al menos ya han dado el paso de no matarse entre sí.

-Este es un buen ejemplo -dijo su madre mirando la sala-. Yo con esto me conformo, la verdad.

El también debía hacerlo. Sabía lo que era jugar con fuego, arriesgarse y que por ello todo lo construido se fuera al traste. Aunque también estaba viendo que no todo se había perdido y que algo de su vida anterior había calado en los presentes, fueran conscientes de ello o no.

-Además las fiestas en la Ciudad del Horizonte de Atón no tienen nada que envidiar a las de mi ciudad natal -agregó Nessariäh.

Alauniira se rio:

-Y las orgías se pueden organizar sin fiesta de por medio.

-Ese gato salido… -rezongó su madre.

Nebjeperure planteó divertido:

-¿Lo dices por Mek? Si no está haciendo nada malo.

-Al cuerno.

Usermaatre bromeó:

-Ya tardaba.

-El caso es que hemos luchado juntos, nos hemos conocido a nosotros mismos y a los demás -intervino el Magnífico-. Ese es un paso importante sobre el que erigir unas buenas relaciones diplomáticas.

Su padre bromeó:

-Y alguien que se yo se podrá dedicar a hacer lo que mejor sabe hacer.

-¿Meterse en líos? -planteó el Grande.

El Hijo de Atón se rio levemente antes decir:

-Curiosear, aprender de los demás todo lo que pueda.

-Eso no habrá nadie que pueda impedírselo -señaló Corellón logrando que se avergonzara.

Su madre planteó elevando una ceja:

-¿Entonces pasaremos unos días en este palacio?

No parecía que le entusiasmara mucho la idea.

En cambio, a él le daba un poco de pena. Le gustaba la paz que había allí. Y, para qué negarlo, el no tener deberes que atender que lo estarían aguardando en casa junto a la preocupación de qué sería lo siguiente que intentarían los enemigos… porque aquello a la fuerza debía de haber sido idea de alguien.

-Nos iremos cuando aparezca Mek -dijo Nebjeperure antes de reconocer-, echo de menos a ese gatote.

La Reina Araña fue más concreta:

-Nos iremos mañana por la mañana, para entonces ya aparecerá.

Su madre bromeó mirándola:

-¿Si no serás tú la que lo irá a buscar?

-No voy a competir con Bastet -dijo con cierto orgullo Araushnee-. Pero ella ya sabe que nos vamos.

El Protector de Maar terció:

-Conociendo vuestro vínculo no lo va a secuestrar.

-Oh, no es mi vínculo el afectado aquí… -comentó su madre sonriendo a medias.

El Divino Señor de las Dos Tierras dijo pensativo:

-Además ella sabe dónde encontrarlo… y también tiene sus cosas que hacer.

Su madre se relajó en el sitio:

-Yo no me preocuparía por esperarlo un día o dos.

Los dioses se encaprichaban de humanos y seres como Mek. Pero aparte del tema de sus madres, le parecía muy poco usual que un capricho durase tanto. Claro que la Señora del Este bien podía haber descubierto un filón con la longevidad del gran leopardo.

Nessariäh dijo pensativa:

-A veces es mejor no meterse entre los dioses y sus objetivos.

-Y otras sí que lo es -le rebatió Corellon con calma-. Pero el único peligro que corre ahora mismo es el de acabar agotado, así que Luan tiene razón.

Luan miró al dios de forma tranquila para luego apoyar su mano sobre su barbilla para comentar en tono neutral:

-También si ha encontrado la felicidad se la merece tras estar tanto tiempo en la reliquia, luego aprendiendo a vivir conmigo, siendo el padre de Nebadur, vuestro compañero cuando fuimos juntos y luego cargando conmigo en las sombras y enviando a Sa

-Un gato multitarea -señaló la Tejedora del Destino-. Definitivamente no puede hacerlo mejor.

El rey de la Tierra Negra planteó:

-¿Tú crees? Porque a mí siempre me sorprende… animándome cuando no me encuentro bien, traerme a un Sa que no morirá…

Ib lo miró con cariño y le dijo:

-Has tenido muchas pérdidas y sé que te pesan -hizo una pausa-. Pero aquí nadie va a volver a dejarte.

Su madre sonrió a medias:

-Dejo de ser un gato multitareas cuando te conoció Neb -luego pareció pensarlo-. Hasta ahora claro.

Usermaatre lo adivinó al momento:

-MeketBastet y Meritre.

“Si supierais lo que viene” pensó él encantando. Esperaba que su secreto se mantuviera hasta que él decidiera revelarlo. Y no, no lo haría ante tanta gente.

-Un niñero empedernido -dijo socarrón el Magnífico-. Menos mal que Nebjeperure lo preparó para lo que viene.

Fue en ese momento cuando el aludido apareció junto a Bastet en su forma de leopardo. Emitió un gruñido gutural como advirtiéndoles de que sabía que estaban hablando de él y que no le gustaba.

El se acercó primero a la diosa a la que le hizo una reverencia. Ella inclinó la cabeza a modo de saludo diciéndole mentalmente.

<<Tienes una gran suerte con Mek>>

“Lo sé, soy muy afortunado” le respondió mentalmente “Mek siempre será mi gatote enorme favorito”.

Mek! ¡Te he echado de menos! -exclamó abrazándose primero a su cuello antes de rascarle detrás de las orejas.

El magnífico felino ronroneó encantado antes de darle un gran lametazo para luego mirarlo a los ojos con cariño.

Lo sabía, de esa forma única que tenía para saber las cosas, pero lo sabía; pues Bastet seguro que no le había dicho nada. Sabía que iba a ser padre.

Apoyó su frente en la de él y le susurró:

-Tú ya lo sabes… y me alegro… pero aún no se lo digas a Madre -hizo una pausa-. Intentaré que no te muerda mucho… pero seguro que le encantarán los gatotes peludos.

Mek ronroneó apartando suavemente su cabeza para luego frotar su mejilla contra la de él diciéndole que sería una tumba con su secreto, pero luego se separó por un momento para darle un suave lametazo como máxima expresión pero que significaría todo su orgullo por lo que había conseguido y todo el orgullo que sentía él por tener una nieta.

-Te quiero Mek -dijo él acariciándolo con cariño-. Tú lo eres… todo para mi… -le guiñó un ojo antes de bromear sonrojado-. Has cazado una buena presa.

<<Eso de quién ha cazado a quién y quién se ha dejado cazar por quién es motivo de debate>> puntualizó Bastet <<Pero Mek es grande en todos los sentidos>>

Nebjeperure se ruborizó pensando “en qué jardín me he metido”. Asintió dándole la razón a la Señora del Este mientras pensaba “estáis en lo cierto”.

Mek emitió un gruñido de orgullo masculino que rara vez le había visto. Normalmente lo recordaba siendo cariñoso y protector con él. Para él esa era una nueva faceta lejos del luchador y cazador que era.

Era parte de su misterio, un misterio tan fascinante como grande era su cariño.

-Apuesto a que esos dos van a volver a verse más pronto que tarde -comentó con despreocupación Usermaatre-. No importa el momento o el lugar… hasta combatirán juntos en el campo de batalla.

-Es posible, Bastet tiene una faceta muy aguerrida también -concedió el sabio regente.


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52 comentarios en “El Gato

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