Elije tus batallas y prepárate para dar la mejor versión de ti mismo
-Somos Maat -dijo él con cierto alivio.
Seguir los designios de la Divina Potencia Creadora llevaba por caminos desconocidos y muchas veces eran más de uno. Un acto podía ejercer influencias en muchas cosas a la vez y él sabía que una había sido la excusa… la otra era una que llevaba demasiado tiempo esperando.
-¿Ya hemos acabado aquí? -preguntó su madre.
El joven regente contestó:
-Más o menos.
-¿Cómo es eso? -preguntó ella.
El Grande respondió:
-Tu hijo ha dejado inactivas todas las armas nucleares del mundo.
-¿Armas nucleares? -inquirió su madre extrañada.
Su abuelo explicó:
-Hasta ahora son las armas más poderosas que existen y con su poder las diferentes potencias se amenazan.
-Así que le habéis quitado los colmillos al lobo dejando los demás dientes -valoró ella-. ¿Y qué pasa con las demás armas?
Nebjeperure admitió:
-Aún las tienen, pero si recurren a ellas demostrarán que no tienen las otras.
-Así que habrá un concurso de a ver quién se echa el farol más grande -declaró el Protector de Maat.
Ib comentó con tranquilidad:
-Así Gaia estará más segura.
-Con los humanos… -murmuró su madre- nunca se sabe.
Usermaatre aclaró:
-La oposición querrá entrar a trapo, pero entre Nebmaatre y yo calmaremos sus ánimos -sonrió para hacer una pausa-. Además sus aliados tienen bastantes problemas al perder sus armas y llevar a cabo sus reformas.
Su madre frunció el ceño:
-Así que tendremos que quedarnos.
-No necesariamente -declaró el rey de los dioses élficos-. Tu hijo ha creado una muralla mágica que rodea el país, nadie con malas intenciones podrá entrar por muy noble que sea su objetivo.
Ella lo miró inquisitiva y planteó:
-¿No te has pasado?
-Protejo a la gente inocente que tiene que aprender a vivir en libertad -dijo Nebjeperure-. Y Kim Ju-ae necesita una oportunidad y tiempo para demostrar que no es como su padre.
La Reina Araña comentó:
-Este país es como un bebé al que hay que enseñarle todo… pero al mismo tiempo darle cierto margen.
-Así que sí, podemos irnos -señaló el Magnífico-. Tienen todo lo que necesitan.
El Divino Señor de las Dos Tierras suspiró:
-Y hay otras naciones con problemas.
-¿En serio tenemos que subirnos a ese pájaro de nuevo? -inquirió su madre.
El Protector de Maat respondió:
-Esos problemas deben de ser estudiados. Como aquí, una persona es el rostro visible del problema… pero hay ciertos intereses en las sombras.
-Podríamos hacer lo mismo que aquí -planteó Ib.
El rey de la Tierra Negra negó con la cabeza y explicó:
-Es demasiado grande y visible y además con Urusalim, Ucrania y Corea del Norte dentro de su agenda… lo que necesita es un empujón para ir por el camino correcto.
-Jovencito, no vas a convencer a ese grupo tan fácilmente -le advirtió Usermaatre-. Además es probable que te tengan entre sus enemigos.
Ahí su madre entrecerró los ojos y cuestionó:
-¿Enemigos? ¿No se supone que es respetado por todos?
-¿Vas a respetar a quien va en contra de tus intereses? -preguntó el Grande antes de responder a su propia pregunta- No, es más, querrás quitarlo de la ecuación.
Ib replicó con seriedad:
-No pueden hacerlo.
-No consentiremos que eso suceda -señaló la Reina Araña.
Su madre gruñó mirando a ambos dioses:
-Más os vale.
-Además tenemos que pensar en cómo neutralizar la carga radiactiva de esas armas para que sea inútil y no le haga daño a Gaia -dijo el rey de Shemeu y Tamejeu.
Gaia apareció sorpresivamente a su lado:
-Esa es una creación exclusivamente humana, yo no creé ese elemento.
-Lo sabemos -dijo su abuelo.
El Protector de Maat le propuso:
-¿Y no podrías deshacer el proceso y que se descompusiera en sus componentes naturales originarios?
-Porque la otra posibilidad es enterrarlos o lanzarlos al espacio -señaló el Hijo de Amón-. En la primera te haría daño a ti y en la segunda a lo que haya en espacio exterior.
Gaia frunció el ceño:
-Fuera también habéis dejado mucha basura.
-Cuando deja de ser útil procuramos que vuelva al planeta -afirmó el sabio regente-. Lo cual ciertamente muchos no hacen.
Ella dijo seria:
-No hay espacio suficiente para tanta basura.
-Haremos como con las armas, reducirlos a sus materiales originales o usarlos para otras cosas -comentó el Grande.
Gaia contestó:
-Siempre decís eso, pero la verdad es que seguís haciéndome daño y además queréis hacérselo a mis hermanos.
-No es nuestra intención -indicó Nebjeperure.
Ella le preguntó directamente:
-¿Hablas en nombre de toda la Humanidad?
-Yo hablo en nombre de aquellos que no quieren hacerte daño Gaia -se sinceró el rey de la Tierra Negra-. Son muy pocos los que quieren perjudicarte… es sobre esos sobre los que hay que trabajar y buscar el modo de gestionar… esos residuos.
Usermaatre propuso:
-Lo mejor es que regresemos a casa, descansemos y preparemos nuestra siguiente jugada.
-¿Kim Ju-ae estará bien? -le preguntó el experimentado monarca.
El rey de la Tierra Negra replicó:
-Tiene un buen protector, estará bien.
Eso era algo que Occidente no se creería, mucho mejor en lo que se refería a dragones poderosos. Por eso esa imagen emitida por la televisión nacional no saldría del país. Había llegado a quienes debía llegar, a los que ahora tendrían que buscar su identidad y encaje en un mundo completamente distinto al que creían conocer.
Ellos tenían mucho que aprender, pero el mundo exterior también.
Había heridas profundas que sanar, mas contaban con todo lo necesario para ello.
Cerró los ojos un momento concentrándose para sintonizar con la Divina Potencia Creadora en la que cada fuerza divina tenía su lugar, igual que el resto de criaturas. Había cosas que la alteraban, sin embargo, la sensación era esperanzadora porque notaba que poco a poco el mundo tornaba hacia el Equilibrio.
Al no ser aquella la primera vez, el joven monarca tenía claro que todo lo que atentaba contra Maat no se esfumaría a corto plazo. Siempre habría quien intentase sacar provecho de otros causando un sufrimiento injusto… pero siempre estarían él y su familia para dejarle claro que su engaño no convencía y que pagaría el precio por sus actos.
-Volvamos a casa -dijo abriendo los ojos cuando notó la mano de Ib sobre su hombro.
Kim Ju-ae los acompañó al avión prometiéndoles que cuando su país se recuperase los invitaría a visitarlo y verlo como debía ser. Había miedo en su mirada, pero también determinación… unos ingredientes adecuados para quien estaba llamada a cambiar la Historia.
Quizá al principio fuera subestimada y que la sombra de su familia la eclipsase. Empero el tiempo ponía todo en su lugar y seguramente sería recordada como aquella que salvó a su país de una condenación segura.
Ella haría grandes cosas, reduciendo a sus antecesores al nivel que merecían.
Seguramente tardaría su tiempo, habría gente que tendría que hacer acopio de paciencia tras muchos padecimientos, mas él no dudaba de que en el futuro sólo habría una Corea fuerte y diversa que podría prosperar sin depender de nadie… pues era muy duro estar a la sombra de otras potencias para subsistir y depender siempre de ellas.
A su madre seguía sin hacerle gracia lo del avión, lo que le llevó a decir socarrón:
-Prefieres el dragón.
-Al cuerno -rezongó ella.
Usermaatre comentó divertido:
-Uno tenía sí.
-Tú estás jugando con juego -le advirtió su madre.
Eso solo lo hizo reírse, parecía divertirse con la forma de ser de su madre. Y lo cierto era que su madre tampoco le hacía ascos… si no ya lo habría matado varias veces; hasta que conociera su inmortalidad, entonces seguro que lo encerraba en algún sitio.
-Además hay otra cosa… -empezó a decir a Corellon.
Su madre rezongó:
-Nada de elfos dando problemas.
La Tejedora del destino comentó:
-No van a dar problemas.
-¿Qué quieres decir con que no van a dar problemas? -quiso saber su madre.
Usermaatre admitió:
-La verdad es que los antecedentes no son buenos.
El rey de los dioses élficos explicó:
-Lo sé, lo sé… Y se les está transmitiendo que no se tolerará falta alguna hacia la familia de Nebadur.
-¿En qué estáis pensando? -preguntó el Magnífico.
Araushnee explicó:
-Hablamos de abrir una embajada de los drows y otra de los elfos dorados. Serían un número pequeño, representantes para construir una buena relación para con el Equilibrio.
-¿Y pretendéis que vengan ahora mismo? -quiso saber el Grande.
El rey de los dioses élficos aclaró:
-No, estamos aleccionándolos y enseñándoles, tardarán un tiempo considerable en presentarse y hacer una solicitud oficial para abrir embajadas y normalizar las relaciones.
-Que quede claro, no volverán a hacer ningún daño a mi hijo -dijo su madre con fiereza-. Y no me importa que estéis presentes.
Corellon asintió y replicó:
-Lo entendemos y lo aceptamos.
-¿Y ellos saben que vosotros sois… Atón y Neith? -inquirió el Divino Señor de las Dos Tierras preocupado porque aquella especie pensara mal por que sus dioses formaran parte de dos panteones.
Ib le dijo tranquilizadora:
-No debes preocuparte por eso.
-Ella tiene razón, no debes preocuparte -declaró Araushnee-. Ya sabes que los dioses podemos formar parte de distintos panteones porque tenemos muchas caras.
El rey de los dioses élficos aclaró:
-Sólo que en esta ocasión hemos decidido estar contigo como inicialmente nos conociste.
Eso había sido resultado de un largo proceso. No sólo habían cargado con el dolor y el rencor, sino que durante mucho tiempo, por no matarse, se habían ocultado.
También entendía que aquel era el momento propicio. Su presencia siempre había estado ahí, incluso en los tiempos más oscuros, él se había sentido acompañado y apoyado. Aquel no fue el instante adecuado para presentarse y recordarle su pasado… sino que lo dejaron enfrentarse a la oscuridad que lo acechaba… fuera por los enemigos de la Divina Potencia Creadora o esa parte de él, siendo su némesis, que representaba su lado más oscuro.
Había batallas que había tenido que librar él solo junto a sus seres queridos, para dejar constancia de su fortaleza y sobre todo demostrársela a sí mismo.
-Y además intuyo que los demás dioses conocen vuestro fuerte lazo con Nebjeperure -señaló Usermaatre-. Por eso no tienen reparos en que estéis junto a él.
Corellon replicó:
-Y aunque los tuvieran no podrían impedírnoslo.
-Porque es la voluntad de Nebadur y todos se someten a ella -apostilló la Señora del Caos-. Saben lo que pasa si no se respeta.
No hacerlo equivalía volver la espalda a Maat y abrir la senda a Isefet. Y todas las fuerzas divinas sabían que eso suponía su condenación. ¿Qué más daba que dos dioses acompañaran al joven regente? Iban a hacer más bien que mal y se repararían injusticias pasadas que no se volverían a repetir.
-En mi opinión las fuerzas divinas deberían ser en general más cercanas a él -observó el Magnífico-. No solo aparecer cuando se les necesita o en acontecimientos trascendentales.
El Protector de Maat se rio:
-A tu hijo le daría un síncope que tuviéramos a cientos de deidades rondando por todas partes.
-Bah, no es para tanto -dijo el experimentado monarca-. Mi hijo escogió a Atón por razones que veo claras ahora… en cuanto a Neith…
El rey de los dioses élficos bromeó:
-Yo fui el exagerado y ella la discreta.
-Vaya, por fin tienes razón en algo -dijo irónica la aludida.
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