Preparativos

Una línea muy fina separa el amor y la guerra… en los cuales todo vale.

Todo estaba dispuesto en la Sala de Banquetes, su padre había dispuesto que fuera como una gran fiesta, ya que se había logrado una victoria.

Sin embargo, Nebjeperure no se engañaba, era una guerra en una batalla. La guerra estaba lejos de decidirse y en su mano estaba que si llegaba a hacerlo algún día lo hiciera en favor de Maat.

“No pienses en eso” se dijo a sí mismo.

Era difícil a sabiendas de lo que estaba percibiendo.

Una amenaza emergente que levantaba varias cabezas dañinas… había que atajar esa amenaza, pero no se podían obviar esas cabezas que amenazaban al propio Orden.

El Divino Señor de las Dos Tierras admiraba la capacidad de su familia para dejar todo a un lado y centrarse en disfrutar del momento, uno muy necesario para recomponerse.

Veía a Alauniira y Nessariäh juguetear junto a sus consortes con sus pequeñas, quién les hubiera dicho a estos últimos que lo harían hace tres mil años. De su padre se podía esperar, ¿pero de su abuelo? Cualquiera diría que se habían pasado con las bebidas alcohólicas.

-¿Qué es lo que te preocupa? -le preguntó Ib.

La drow no le estaba leyendo la mente.

Pero era él era tan transparente cuando bajaba la guardia, que se podía leer en él que existían preocupaciones que lo asediaban.

-Yemen -admitió con un suspiro.

Ella inquirió confundida:

-¿Yemen?

-Es un país inmerso en una guerra civil atroz apoyada por grandes potencias -le explicó Nebjeperure-. Persia dejó de apoyar a un bando, pero el otro…

Su abuelo terminó por él:

-Tienen a Arabia Saudí y Estados Unidos.

-Relájate mi pequeño -le dijo su padre-. Las soluciones llegarán.

“Sí, eso díselo a Gaia, que es a la que más le duele”

Esta alzó ambas cejas y declaró:

-Pero si no he dicho nada.

-No, sólo les has dado una sequía permanente -dijo el Hijo de Amón-. No discuto tus medidas, pero eso no perjudica a los que alimentan el conflicto… sino a las víctimas inocentes.

Gaia frunció el ceño y le preguntó:

-¿Y qué propones?

-Acabar con el problema de raíz -sentenció el sabio regente.

Para eso había que encontrar la raíz. Y no era tarea fácil. El mal amenazaba el comercio internacional que transcurría por el Mar Rojo… si no se hacía algo habría un colapso que provocaría una nueva crisis… que tendría el terreno bien abonado a juzgar por los líderes ultraconservadores y drásticos que se habían alzado en algunos países.

-Abuelo de momento no tengo ni idea de cómo proceder… -empezó a admitir.

Pero se quedó callado.

Sí, quizá había una forma de actuar.

Eso conllevaba movimiento de las fuerzas divinas… ¿pero ese era su trabajo no? La Divina Potencia Creadora debía pronunciarse claramente y dejar indiscutible cuál era el camino a seguir.

Los dos bandos creían en ella, tendrían que someterse.

Y siendo el Oráculo su voz, habrían de aceptar su justicia.

Sólo tenía un temor… poner a su familia en peligro. No quería que sufrieran en caso de que hubiera algún enfrentamiento, que era lo más probable.

Era su misión, sólo aceptándola la cumpliría.

Entonces las puertas se abrieron y el Jefe de los Intendentes anunció al Protector de Maat y su madre. El primero sonrió divertido al ver cómo la segunda ponía los ojos en blanco cuando se la denominó ‘Madre del Dios’.

-¡Madre! -exclamó alegremente yendo a abrazarla- ¡Estás bien!

Su madre le devolvió el abrazo y le preguntó divertida:

-¿Qué esperabas?

-Nada menos -dijo él mientras su mirada se ensombrecía-. Hice lo que pude… las almas de los niños fueron liberadas… pero el mal que se cebó con ellos aún sigue suelto.

Notó cómo Mek se restregaba contra él. Se agachó para acariciar y abrazar al gran peluche felino paternal que tanto quería.

-¿Tú siempre salvando la situación a que sí Mek?

El leopardo negro gruñó como si se riera de sus palabras y le diera la razón al mismo tiempo.

-Hemos reducido su poder -le dijo su madre-. Pero debemos ser rápido antes de que se regenere.

Fue entonces cuando intervino Usermaatre tendiéndole el Testamento de los Dioses:

-Hablando de lo cual, esto te pertenece.

-Gracias -contestó cogiéndolo.

Ahí seguían sus nombres. Los de aquella vida en medu-neter y el de sus vidas anteriores escrito en élfico. Seguía siendo el legítimo heredero de las fuerzas divinas creadoras como encarnación de la Divina Potencia Creadora.

El Niño del Caos. El Niño que porta el Caos en su interior. El Símbolo Viviente de la Divinidad.

Era su sino.

Ni huiría ni renegaría de él.

-Hablando del mal… mi abuelo ha estado tratando de contenerlo -dijo entonces Nebjeperure dubitativo-. Pero es una solución muy provisional.

El Hijo de Atón indicó socarrón:

-Han sido prácticas de tiro.

-¿En el Mar Rojo supongo? -planteó Usermaatre que ya imaginaba por dónde iba el tema.

El sabio regente admitió:

-Así es, ahora que han perdido el apoyo de Persia… están bastante enfadados.

-Y se desahogan atacando y secuestrando barcos comerciales de los que depende la economía mundial -dijo el Grande chasqueando la lengua-. ¿Tenéis algún plan?

El Divino Señor de las Dos Tierras musitó rascándose la nuca:

-Bueno…

-Déjame adivinar -lo interrumpió el Protector de Maat-. Quieres ir allí a hacer justicia.

Su padre opinó:

-Pero es un tema complicado con otros países implicados…

-Bueno, a esos también habrá que dar una lección -resolvió el joven regente.

Entonces su madre le pidió:

-¿Qué tal si me lo explicas un poco Nebadur?

-Verás… Yemen es un país en una guerra civil emprendida por dos frentes… uno que no quiere la influencia occidental y el otro que sí -accedió el aludido buscando la manera de resumirlo-. El caso es que los primeros han perdido su gran apoyo internacional y están bastante enfadados y más sedientos de sangre.

El Hijo de Amón añadió:

-Y padecen una sequía que agrava su situación.

Su madre ladeó la cabeza y planteó:

-¿Y qué pasa con esos barcos comerciales?

-Pues que representan a Occidente -explicó el Gran Vidente-. Y para hacer demostración de fuerza los destruyen o secuestran para provocar…

Nebjeperure terminó por él:

-Una nueva crisis que sumiría al mundo en el caos que tanto gusta a los sacerdotes.

-Bueno alguna aficionada al caos hay aquí… -empezó a decir la Matriarca.

Reparó en que miraba a una sirvienta que enseguida se atareó en reponer mesas queriendo pasar desapercibida.

¿Qué le pasaba a esa mujer? ¿Y por qué notaba en ella algo que se le hacía muy familiar?

¿No era la misma que le había llevado las ofrendas?

-Creo que a ni a Loth le gustaría el caos que anunciáis -se atrevió a decir Ib.

Eso fue un gran alivio para la sirvienta ya que las miradas pronto se apartaron de ella para centrarse en la joven drow.

Nebjeperure le dio la razón:

-Tienes razón, ese caos traería destrucción… el caos de la Reina Araña siempre tiene un objetivo.

-Si fuera crítica con todos los que hacen cosas diferentes a las que pienso no sería Caos, sería destrucción -indicó Gaia.

-Que suele ser muy críptico -terció la Matriarca en respuesta a él antes de corregirse-. Perdón, solía.

Su madre tomó la palabra al decirle directamente:

-Así que… quieres ir a Yemen.

-Sí -admitió el joven regente.

Usermaatre terció socarrón:

-Donde en vez de lluvia llueven bombas.

-Nebadur… -le dijo con seriedad su madre.

El rey de Shemeu y Tamejeu dijo con firmeza:

-Hay que dar un golpe en la mesa, dejarles claro que sus actos van en contra de su propia religión… y que esta tiene consecuencias para ellos.

-¿Tan importante es la religión para ellos allí? -planteó su madre.

El Magnífico respondió:

-Así es.

-Y si el Oráculo interviene… -empezó a decir el Protector de Maat.

Su madre repitió:

-El Oráculo.

-Es como conocen a mi nieto fuera de aquí, el Oráculo que determina cuáles son las acciones correctas, qué es justo -aclaró el experimentado monarca-. Quien se vuelve contra sus designios no acaba bien.

Su madre lo miró antes de suspirar:

-¿No vas a parar hasta que vayamos verdad?

-Es lo que hay que hacer -le contestó.

Usermaatre señaló:

-Ahora que les hemos herido, no esperarán otro golpe -hizo una pausa-. Eso los llevará acciones con menos precaución… se harán más vulnerables.

Su madre inquirió poco convencida:

-¿Pero al menos tenéis un plan verdad?

-Os tengo a vosotros -se sinceró Nebjeperure-. Es más que suficiente.

El Protector de Maat preguntó divertido:

-¿Nos dejarás descansar al menos?

-Desde luego -respondió el rey de la Tierra Negra-. Debéis estar totalmente recuperados.

Usermaatre se rio tomando asiento:

-De momento me conformo con que me dejéis comer.

Entonces ocurrió lo que, a juzgar por la sonrisa divertida, sólo él podía preverlo.

Gaia se acercó al Protector de Maat, lo miró intensamente a los ojos y le preguntó:

-¿Eres un obseso con el sexo?

-¿Qué se supone que te ha contado esta gente? -planteó él a si vez fulminándolos con la mirada-. Porque no soy el único que tiene tal fama.

Nessariäh se encogió de hombros y dijo como quien no quiere la cosa:

-El otro está fuera de combate.

-Tampoco exageremos -terció el aludido.

Eso provocó que su Gran Esposa Real se riera mirándolo de una forma peculiar que lo llevó a decir:

-Siempre estoy dispuesto para el combate contigo.

-¡Idos a una habitación! -bromeó el Gran Vidente.

Eso provocó una carcajada general para desconcierto de Gaia que no entendía el sentido del chiste. Realmente acabaría aprendiendo, pero debía admitir que ahora mismo resultaba de lo más cómica.

-Al parecer tuvo más de cien hijos e hijas -señaló su madre.

Nebjeperure apostilló:

-De los que se tiene registro.

Su madre preguntó:

-¿Hay más?

-Con el tiempo algunos registros se borraron -reconoció el Protector de Maat, seguidamente reveló-. Pero los recuerdo -se señaló el pecho-. Están todos aquí.

Su madre alzó una ceja y planteó:

-¿Todos?

-Sí, a todos los quise porque eran sangre de mi sangre… no sólo porque fueran el futuro de mi dinastía -declaró Usermaatre-. Algún día te enseñaré el monumento que erigí aquí en la ciudad con sus nombres para que tuvieran una vida dichosa en los Campos de Ialu.

Gaia opinó:

-Eso no responde a mi pregunta.

El Protector de Maat aclaró:

-Como rey debía dar muestra de virilidad y fertilidad -hizo una pausa-. Si tenía muchos hijos, significaba que contaba con el favor de los dioses y que estaba legitimado para gobernar.

Su abuelo puntualizó:

-Y colocando a sus hijos en puestos de influencia podía tener un poco más de confianza en ellos que en unos nobles sin lazos de sangre con él.

Gaia ladeó la cabeza y valoró:

-Os preocupa mucho la legitimidad.

-Eso es fácilmente compresible -señaló el rey de la Tierra Negra-. La familia de Usermaatre tenía un origen humilde y fue ascendiendo en el ámbito familiar… y cuando llegó el momento de acceder a la corona tuvieron que enlazarse con nuestra dinastía para que de cara al pueblo no hubiera duda alguna.

El Hijo de Atón explicó:

-Y además antes de comprender la verdad tenían el dilema de establecer una conexión con nosotros pero ocultarla para que no relacionara con lo que los sacerdotes del Oculto decretaron que era una Herejía.

-¿Os gusta complicaros mucho verdad? -cuestionó Gaia.

El Magnífico terció:

-En aquella época estaba a la orden del día, hoy somos más simples.

-Pero sigue siendo un obseso con el sexo -insistió Gaia.

El experimentado monarca le preguntó al Grande socarrón:

-¿Cómo te llamaba aquella chica Usermaatre… Bugs?

-Es una gran trabajadora y tú la encasillas por ese comentario… viejo -dijo el Protector de Maat rodando los ojos.

Su abuelo reconoció:

-Lo sé, lo sé. Es que me hizo gracia.

-¿Bugs? -planteó Gaia inquisitiva.

Nebjeperure le explicó:

-Es un conejo de dibujos animados.

-Y ya sabes la fama de procreadores que tienen los conejos -añadió el sabio regente-. Por eso lo llamó Bugs.

Gaia valoró:

-Pero hace mucho que no tienes hijos…

-Pero le sigue encantando el sexo -terció el Gran Vidente-. Así que…

Bueno aquello estaba desvariándose demasiado. De pronto habían pasado de hablar sobre Yemen a tratar sobre la vida sexual de Usermaatre, tema que sólo les interesaba a sus amantes y a él.

-¡Chico que estamos comiendo! -exclamó.

Su abuelo le recordó:

-Y tú estabas planteando un movimiento sobre Yemen.

-Ya… pero no me parece que la visa sexual de Usermaatre vaya a solucionar la problemática -terció contrariado.

Su abuelo dijo irónico:

-Quién sabe.

-¡Bueno, ya está bien! -mandó poner orden- ¡Si queréis hablar del sexo de Usermaatre hacedlo después de que nos retiremos!


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