Reposo

Delegar puede ser una tarea titánica

Nebjeperure abrió los ojos lentamente.

Había cumplido y, sin embargo, sentía que aún quedaba mucho que hacer.

Ella había urdido un plan en las sombras que había que desentrañar… De otro modo estarían eternamente cortando las cabezas de la hidra que no dejarían de renacer.

Estaba acostumbrado a la constancia de su labor, a que una y otra vez ocurrieran atentados contra la Divina Potencia Creadora y tuviera que intervenir.

A veces porque le llamaban.

Otras tantas porque debía intervenir directamente.

Y esta segunda opción no solía contentar demasiado a los implicados.

Pero aquella situación… sentía que se le escapaba de las manos, la madre de Ptolomeo había activado unos engranajes que abría amenazas en distintos puntos que requerían ser resueltas pero que suponían una distracción de la amenaza real.

-Parece que despierta -oyó la voz de Ib en un susurro.

El joven regente murmuró:

-Estoy… despierto.

-Pero todavía no estás aquí -esa era la voz Gaia.

A ella no se le escapaba nada, sabía que su esencia había estado velando por el cumplimiento de Maat. No sólo ayudando a su madre y a Usermaatre sino también a su abuelo… que mucha ayuda no es que necesitase.

Aunque el asunto de Yemen… frunció el ceño.

-No, no -le instó Gaia sacudiéndolo levemente-. Las batallas de una en una.

“Lo dice una que tiene un montón de frentes a la vez” pensó con ironía.

-Precisamente por eso -le dijo ella.

“Ah, ya estamos con lo de leer la mente” pensó abriendo los ojos del todo.

-Tienes que recuperar fuerzas -le dijo la drow-. Necesitas energía.

Gaia agregó:

-Y descanso.

Ya tenía claro que no lo iban a dejar en paz. Mucho menos seguir ayudando a los que no estaban en casa.

Porque mientras su madre y Usermaatre cazaban, su padre, su Gran Esposa Real y Alauniira velaban porque nadie viera nada raro en su abuelo en pleno trance… mientras se dedicaba a acabar con aquellos secuestraban barcos o directamente los hundían.

-Estoy bien… -reconoció mientras se incorporaba.

Ib colocó unos cojines detrás de su espalda. Gaia colocó una mesa de patas cortas sobre sus piernas y encima de esta había unos platos bastante contundentes.

-¿Esto es un truco para que no me vaya a ninguna parte? -preguntó suspicaz.

Gaia esbozó una sonrisa antes de contestar:

-No estás para ir a ningún sitio.

-Supongo que… ni para recuperar el Testamento de los Dioses -intentó el joven regente sabiendo que sería en vano.

Ella le aseguró:

-La reliquia está a salvo Nebjeperure y sigue teniendo tu nombre.

Hacía mucho que había entendido que no le correspondía a él coger las riendas del país moderno. No sólo por las preguntas que provocaría… sino porque su reinado procedía de lo invisible… aquello que estaba y era esencial, pero era invisible a los ojos.

Cleopatra y los que la habían revivido no lo habían entendido.

La gente tenía derecho a elegir su camino… él estaba ahí para guiarlos por el recto e impedir que cayeran en el caos que perjudicase a una mayoría.

Por eso prefería que se corriera la voz de su existencia y acudieran a él en busca de consejo, sólo entonces todos los implicados aceptaban su decreto y se evitaba el mayor sufrimiento.

Lo malo era que pocos lo hacían, simplemente porque se negaban a ceder o a aceptar que estaban equivocados.

-La traerán a casa -le aseguró Ib-. A donde tiene que estar.

Nebjeperure asintió sabiendo que tenía razón.

Y se rindió ante la apetitosa comida pues su estómago clamaba por ser satisfecho o acabaría desmayado por inanición.

Comió con apetito y no dejó nada en los platos. La tripa llena lo lleno de serenidad eclipsando por un momento sus preocupaciones por los miembros de su familia, lo cuales bien sabía que se sabían cuidar perfectamente.

Pero sí reparó en que había sido descortés al no ofrecerles alimento ni a Gaia ni a Ib.

-Vaya… no os ofrecido… -se disculpó-. Igual tenéis hambre.

Gaia contestó ladeando la cabeza:

-Estoy bien.

-Yo también estoy bien -le aseguró la drow-. No te preocupes.

Nebjeperure insistió:

-Puedo pedir más comida.

Un leve gruñido y al mirar hacia un lado vio a Sa que se restregaba contra él con cariño. Lo acarició con ternura mientras le decía:

-Tranquilo Sa, no faltarán momentos para que destruyas a los enemigos.

-No es bueno pensar siempre en luchar -le dijo Ib con seguridad-. Ese es el árbol que te impide ver el bosque.

Gaia aprobó:

-Buena similitud.

La drow admitió:

-Es la verdad. En la Infraoscuridad mi raza dedica todo el tiempo a acaparar poder pero también a detectar debilidades propias y ajenas buscando un buen momento para atacar o evitar ataques -hizo una pausa-. Y esa creo que es una de las razones por las que se creó el Camino de Loth.

El Divino Señor de las Dos Tierras la cogió de la mano con cariño y le dijo:

-La Reina Araña lo creó en su momento fruto del rencor y el dolor.

-Creo que empiezo a comprenderlo -dijo Ib.

Él asintió y continuó:

-Y si lo ha mantenido hasta ahora ha sido para que salieran reforzadas personas con mi madre o como tú -sonrió-. En realidad, os aprecia y os libera para que podáis elegir el camino que os dicte vuestra conciencia.

La drow señaló:

-Ella lo hizo por ti.

-Sí, en parte fue culpa mía -reconoció el rey de Shemeu y Tamejeu-. Pero sé que ahora poco a poco mostrará lo que espera de tu raza.

Ib inquirió con curiosidad:

-¿Y qué es lo que espera?

-Un poco complicado viniendo de una diosa caótica -admitió Gaia.

Nebjeperure explicó:

-Yo la conozco mejor que nadie porque ella al fin y al cabo también es mi madre. Por eso busca en vosotros una raza fuerte que se cuide entre sus miembros y otros individuos indefensos con los mejores recursos que han dominado durante generaciones.

-La magia y la lucha -comentó la drow pensativa.

Gaia señaló con una media sonrisa:

-Pero también pretende protegerte a ti… en el amplio sentido de la palabra.

El joven monarca entendía de lo que hablaba. Una madre no solo protegía de amenazas externas… sino también las internas. Buscaba aliviar el dolor que a veces se abría paso sin remedio y acababa encontrando la manera de hacerlo.

Como lo había visto en sus madres, el poder maternal era algo contra lo que no había modo de luchar.

Ahora se sentía fuerte, poderoso, reforzado con una amplia familia en la que cada uno entendía su rol. A su manera, eran como extensiones de sí mismo, lo cual le permitía delegar en ellos en aspectos en los que su intervención podría llegar a ser desproporcionada.

Ellos lo completaban.

-Y yo a ello, eso es lo que da sentido a todo.

-¿Pero… y los que han revivido a esa antigua reina? -preguntó Ib inquieta.

Nebjeperure le aseguró:

-Ese será su último acto, esa magia tiene un precio que han tenido que pagar… y supone un rastro inconfundible para Usermaatre y mi madre.

-¿Pero no es tan fácil revivir a la gente no? -planteó la drow-. Nosotros por ejemplo tenemos el Zin-Karla.

Nebjeperure estaba al tanto de ese don otorgado por la Reina Araña a las que estaban en la cima de su favor. Ahí se demostraba que tenía un gran precio, primero el tributo para conseguirlo y por último la energía necesaria para controlarlo… cuanto más tiempo el difunto caminase por el mundo de los vivos… más se debilitaba quien lo controlaba llegando a debilitarse literalmente como una anciana. Y también pasaba que su control se iba reduciendo de modo que su marioneta podía acabar liberándose e ir contra su voluntad.

El Divino Señor de las Dos Tierras negó con la cabeza:

-Claro que no, todos los seres tienen un camino vital… que continúa cuando fallecen en otro plano.

-Sacarlos de ahí se antinatura -señaló Gaia-. Es como si yo acogiera a todos los seres que han habitado en mi a lo largo de eones al mismo tiempo.

Nebejeperure agregó:

-Va contra la Regla… salvo en contadas ocasiones.

-¿Cómo cuales? -planteó Ib interesada.

El joven regente lo pensó un momento antes de decir:

-Pues por ejemplo una batalla especialmente dura… yo podría solicitar que acudieran a mi los ancestros para ayudarme en la misma.

-Para luego hacerlos regresar -dijo la drow, previamente a preguntar-. ¿Y ninguno se quiere quedar en esta vida?

Nebjeperure repuso divertido:

-No, porque prefieren estar disfrutando de los Campos de Ialu -se rio ante aquella ocurrencia-. En todo caso me gruñirían porque no los mando de vuelta cuanto antes.

Ib valoró admirada:

-Debe de ser una existencia placentera.

-Así es -concedió el rey de la Tierra Negra-. Pero sólo tienen acceso a ella aquellos que hayan llegado a la Sala de las Dos Verdades y pasado la prueba de la balanza.

La drow cuestionó:

-¿Qué prueba es esa?

-Es una balanza con dos platillos, en uno va la pluma que Maat que representa la Rectitud -le explicó con tranquilidad- y en el otro va el corazón del fallecido en el que van todos sus actos y pensamientos que tuvo en vida.

Ib parpadeó y reveló su asombro e interés:

-Oh.

-Si tu corazón pesa igual que la pluma, significa que has sido recto toda tu vida y puedes pasar a los Campos de Ialu -señaló el Divino Señor de las Dos Tierras-. Pero si pesa más, entonces no has sido recto y tu destino es ser eliminado por la Devoradora… por lo cual dejas de existir.

La drow puso cara de extrañeza y objetó:

-Pero Cleopatra debió de seguir existiendo… si la hicieron revivir.

-Ella no llegó a la Sala de las Dos Verdades, se quedó atrapada sufriendo en la Duat -comentó Nebjeperure-. Debía pagar por los actos impíos que realizó contra la Tierra Negra para su beneficio personal.

Ib opinó:

-Seguro que ella pensaba que hacía lo mejor para el país.

-Por supuesto -le admitió Nebjeperure-. Es muy habitual equiparar los intereses personales a los del país que riges.

Ella asintió antes de decir:

-Eso lo entiendo, lo he visto mucho… pero aquí es diferente.

Y eso le agradaba, el joven regente lo sabía bien. Cuando alguien tomaba la senda de la Divina Potencia Creadora no entendía cómo podía llegar a ser de otra forma. Sabía bien que todo acto por su parte tendría una consecuencia que dependería la naturaleza justa o injusta del acto en sí.

-Así es -dijo el Divino Señor de las Dos Tierras- Por eso existo, para hacer reinar la Regla, el Equlibrio.

Gaia intervino:

-Los hay que no lo tienen claro, que creen estar en lo cierto cuando no es así.

-Por eso estoy yo aquí -afirmó Nebjeperure-. Para revelar la verdad a los que están dispuestos a aceptarla y evitar que otros huyan de ella.

Ib confesó al turbada:

-Eso todavía… se me hace muy difícil.

El joven regente sonrió con gentileza. Podía entenderla, podía sentir cómo ella se consideraba huérfana de la divinidad y que además estaba en un mundo que no era el suyo… en el que curiosamente congeniaban con lo que ella siempre había sentido y creído.

-Llegará el día en que lo veas con naturalidad -le aseguró Nebjeperure-. Y para entonces quizá hasta seas un referente para tu raza.

La drow se sonrojó y musitó:

-Tanto como un referente…

Una drow que aún siendo de la clase noble había llegado al rango de Alta Sacerdotisa era lógico que pensase así. Pero Nebjeperure había oído historias de su madre, en la que drows sin casta habían sido líderes escogidas por la Reina Araña para llevar a cabo grandes hazañas que se recordarían por siempre.

Y para él Ib tenía todos los ingredientes para ser esa luz, como lo eran su madre y la Matriarca, cada una a su manera.

-Te lo enseñaré -le propuso.

Ella planteó perpleja:

-¿El qué?

-Lo que buscas -le dijo antes de pedirle-. Dame tu otra mano.

La otra él no se la había soltado y no tenía intención de hacerlo.

En cuanto sintió su mano le instó:

-Ahora cierra los ojos y déjate llevar como una hoja por la brisa.

Él ahí también cerró los ojos y se concentró en sintonizar con la Divina Potencia Creadora, el gran poder que estaba detrás de todo y que colocaba a cada ser u objeto en su lugar. Era una sensación placentera que daba fuerzas y motivación para trabajar duro y conseguir que prosiguiera.

-Vaya… -admitió Ib soltándose-. Es… impresionante.

Nebjeperure preguntó socarrón abriendo los ojos:

-¿Algo así como el orgasmo?

-No he tenido relaciones sexuales tan plenas -reconoció la drow con cierta vergüenza-. Pero creo que está muy por encima de eso.

Entonces Gaia planteó frunciendo el ceño:

-¿Por qué vosotros estáis tan obsesionados con el sexo?

-¡No estamos obsesionados con el sexo! -exclamaron los dos a la vez.

Al darse cuenta ambos se echaron a reír divertidos. Creyó por unos instantes que su risa tenía un eco lejano, quizá debido a la sensación de plenitud que tenía en esos momentos, cuando no pensaba en todos los problemas del mundo.

Gaia puso los ojos en blanco:

-Vuestras especies están obsesionadas… y no solo por el instinto reproductor.

-Estaba poniendo un ejemplo Gaia, no es que estemos todo el tiempo pensando en eso -insistió el joven regente-. Es sólo que es… un símil.

Ella no pareció muy convencida.

-Lo más parecido a obsesionados por el sexo lo puedes encontrar en mi abuelo o Usermaatre -continuó diciendo-. Bueno, desde Alauiinia creo que te tendrás que conformar con Usermaatre.

La drow se rio:

-¿Le estás diciendo a Gaia que siga a Usermaatre Neb?

La aludida hizo un gesto negativo previamente a decir:

-No necesito seguir a nadie, yo sé todo lo que hacen todos los que viven en mí.

-¿Incluida la fiesta que van a montar mi madre y Usermaatre? -quiso saber Nebjeperure refiriéndose a la caza que estaban emprendiendo- ¿No deberían de volver los demás?

Ib dijo con tranquilidad:

-Cuando ellos terminen, los demás volverán.

-Pero… -empezó a objetar.

Gaia añadió:

-Tienen que seguir ejerciendo de distracción.

-Mientras tú te recuperas -comentó la drow-. Con lo que he visto de ellos, yo en tu lugar estaría tranquila, no tardarán en regresar.


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