Pasado y Presente

Hay que desentrañar los enigmas del Pasado para hacer frente a los retos del Presente

-Tienes razón -concedió el Magnífico.

Gaia lo miró sorprendida y comentó:

-Creía que me ibas a rebatir.

-¿Por qué si tienes razón? -inquirió el Divino Señor de las Dos Tierras.

El Grande comentó:

-Hasta nosotros hemos hecho cosas que no queríamos por salvaguardar a los que actúan rectamente.

-Ese fue uno de los motivos por el que pedí a los dioses su ayuda -mencionó Nebmaatre.

Parecía que había sido ayer cuando participó personalmente en aquella batalla. ¿Cuántos años tendría por aquel entonces? ¿10, 12? Pero lo seguro fue que siempre estaría en su memoria el dolor causado por el odio alimentado por aquellos que casi nunca se manchaban las manos personalmente.

Volvió de aquella revelación con una resolución por la que todavía luchaba y nunca dejaría de hacerlo.

Conocía el mundo, sabía moverse por él.

Había aprendido.

Tiraría de todas las cuerdas posibles para mantener el Orden que su nieto encarnaba.

No fracasarían, habían aprendido del pasado.

La oportunidad que se les concedía era resultado del aprendizaje tras los dos fallos anteriores. Ahora creía que contaban con más fuerza, conocimientos y gente preparada para hacer frente a lo que fuera.

A fin de cuentas, era una familia y no había lazo más fuerte.

Ya habían pasado por la fase de la traición y el sufrimiento dentro de los seres queridos. Ahora eran algo así como la armadura de Nebjeperure. Tenía bien presente que Maat solo reinaría no solo a través de los actos de su nieto, sino de la voluntad de este de cuidar de todos ellos como lo hacían ellos de él.

Ah, no sería él quien fuera a discutir el poder del amor, un poder capaz de cambiar el mundo de las formas más inimaginables posibles.

-Crecimos en la creencia de que el mal tiene que existir para que aprendamos en distinguir el bien de él -explicó-. Por eso combatimos.

Gaia hizo un mohín de disgusto:

-Pero lleváis milenios así y yo sufro.

“Eso es quedarse corto” pensó el Hijo de Amón.

¿Había contado las dos veces anteriores? No sabía mucho de ellas, el joven regente no era muy dado a hablar de ellas, posiblemente porque le causaban un gran sufrimiento que lo llevaba a aferrarse a sus seres queridos y protegerlos hasta el punto de que ellos mismos tenían que intervenir para que se moderase.

-Los Humanos tienen una memoria a corto plazo -dijo Usermaatre-. Sólo basta llegar a la tercera generación para radicalizarse en el rencor por el sufrimiento de los antecesores o para dejar de sentir con intensidad el dolor de estos y no valorarlo en su justa medida.

El Magnífico asintió a sus palabras y agregó:

-De ahí que surjan dos polos opuestos: aquellos que no dan valor a las experiencias del pasado y los que se aferran al sufrimiento de las mismas para justificar su rencor.

-Y los primeros dejan que los segundos se hagan fuertes -terció el Grande-. Y volvemos a la pescadilla que se come la cola.

Ella preguntó:

-¿Insinúas que ese ciclo no se puede romper?

-No, claro que no -indicó el rey de la Tierra Negra.

Usermaatre comentó:

-Sólo hay que hallar la forma y tenemos las herramientas para ello.

-Nebjeperure -murmuró Gaia.

Ahí el sabio regente fue firme:

-Él nunca será una herramienta -hizo una pausa-. Él es quien nos indica lo que debemos hacer cuando nosotros no podemos hacerlo… además de intervenir él de una forma decisiva.

Ella frunció el ceño:

-Pero yo sigo sufrimiento, mis seres… incluidos los humanos también sufren.

-Hemos forjado una alianza Gaia -dijo el rey de Shemeu y Tamejeu-. Haremos lo que debe hacerse para hacer Justicia allá donde debe hacerse.

Gaia inquirió:

-¿Y cómo decidís eso?

-Nebjeperure es nuestra guía -insistió el Grande-. Y si no me equivoco él no te ha fallado nunca.

Ella chasqueó la lengua y rebatió:

-Los humanos sois falibles.

¿Quién iba a decirle que no pensara eso? Con los eones que tenía a su espalda y todos sus padecimientos era normal que pensara eso. Nadie era perfecto pero también era cierto que había quienes se esforzaban por acercarse a la perfección aunque no llegara a ella.

-Precisamente por eso los humanos pueden sorprender -dijo Usermaatre.

El sabio regente hizo un gesto afirmativo con la cabeza:

-Nebjeperure nunca te defraudará, sólo tenéis que hacer ambos el esfuerzo por comprenderos -aseguró-. Si él fuera rígido en la aplicación de Maat muchas cosas buenas y justas dejarían de realizarse… y se cometería una injusticia mayor al acabar con aquellos que cometen faltas menores.

Gaia frunció el ceño:

-Me parece que esta es una discusión eterna, muy propia de los humanos.

-No sólo de los humanos -intervino la voz de su Gran Esposa Real.

Con el sigilo propio de los drows, la Matriarca había entrado en la estancia sin apenas hacerse notar. Vestía un camisón que apenas disimulaba sus encantos y que le daban ganas de arrancárselo en la intimidad de su habitación.

Pero había otra cosa que llamaba su atención, un pergamino.

-¿Alauniira? -inquirió alzando una ceja.

Ella negó con la cabeza y replicó:

-Seguid, seguid.

-Está bien -aceptó confiando en su sabiduría.

Sabía que ella medía muy bien la urgencia de los temas. Si hubiera algún tipo de peligro enseguida los avisaría. Por lo tanto, el asunto que la había llevado hasta ellos y que implicaba al pergamino, no era cuestión de peligro… quizá relevante pero en absoluto una amenaza mortal, en principio.

-Usermaatre y yo -empezó a explicar-. Tenemos bastante influencia en los círculos de poder.

Su amada puso los brazos en jarras y dijo son sorna:

-Ya estamos fanfarroneando.

-Ya te haré tragar tus palabras en un rato -le replicó el Hijo de Amón, antes de volver a centrarse en el asunto del que quería hablar-. El caso es que nosotros movemos los hilos que podemos para impedir o suavizar el impacto de los actos desaprensivos.

Usermaatre intervino:

-Es algo que llevamos trabajando durante siglos -hizo una pausa-. Muchas veces los órganos que gobernamos no saben quién les da las órdenes…

El Magnífico agregó:

-Y si los que las reciben son simpatizantes de los sacerdotes o simples sacos de egoísmo o rencor, enseguida intentan evitarlo o poner pies en polvorosa -sonrió-. Y entonces los cazamos y ya no tienen más que una salida… la que se merecen.

Gaia objetó:

-Pero no llegáis a todo. Por ejemplo no controláis todos los centros gerontológicos, sanitarios o adaptados a gente o seres con necesidades especiales.

-Es imposible controlarlos todos -señaló el Grande-. Eso tampoco es justo.

Ante la confusión de Gaia, el Divino Señor de las Dos Tierras explicó:

-Si investigas a fondo verás que nosotros sí contamos con ese tipo de centros, los cuales son punteros y ejemplares con bastante fama.

-Umh, ¿planeas una inspección sorpresa? -inquirió su Gran Esposa Real- En alguno que no controles -sonrió traviesa-. Sería divertido hacerse pasar un matrimonio anciano.

Usermaatre dijo divertido:

-Unos días sin vosotros dos, qué descanso.

-¿Unos días? -preguntó Gaia antes de opinar-. Me parece poco tiempo.

El Hijo de Amón terció:

-No para los que somos experimentados -luego señaló al Grande-. Y tú deberías pensar en asentar la cabeza.

El aludido amplió su sonrisa:

-Estoy perfectamente como estoy.

-Nunca se sabe cuándo llegará la adecuada -dijo Gaia enigmática.

¿Usermaatre con pareja estable? Llevaba mucho tiempo de flor en flor desde que falleciera su Gran Esposa Real Nefertari. No era algo que descartase de plano, pero se le hacía tan raro que el día en que apareciera la elegida organizaría tales festejos como no se habían visto desde hacía mucho tiempo.

Claro que también era cierto que la imagen que ahora lucía el Grande de auténtico Casanova les venía de perlas en ciertas intervenciones. No tentarían al destino, dejarían que este se pronunciase. Mientras tanto aprovecharían las oportunidades que les daba la idea del soltero de oro… aunque a fin de cuentas tampoco importaba, de cara a la galería podían aparentar lo que quisieran mientras les interesase.

El caso fue que el Usermaatre esquivó el tema yendo a otro:

-¿Entonces en dónde crees que se necesita nuestra mano Gaia?

-No pienso hacer ese chiste fácil con las damas delante Usermaatre -le advirtió.

La drow sonrió pícara pensando seguramente en ese chiste mientras Gaia ladeaba la cabeza antes de admitir pensativa:

-Primero tengo que ordenar mis asuntos -sus ojos bicolores se posaron en el pergamino-. Y me parece que Nebjeperure también.

Alauniira pareció divertida con esas últimas palabras.

Luego avanzó hacia ellos con elegancia felina y les anunció tendiéndoles pergamino:

-Una araña ha dejado esto.

-¿Una araña? -planteó Usermaatre- ¿Loth? -la Matriarca asintió- Estamos en paz con ella y su consorte.

Nebmaatre le corrigió:

-Exconsorte.

Su amada carraspeó:

-Umh, ahora yo no estoy tan segura de ello.

El Grande miró a Gaia y le dijo irónico:

-Me parece que los elfos andan con problemillas.

¿Y no podían arreglarlos ellos con su proverbial sabiduría? Exceptuando a su consorte y a la de su hijo… todos los demás elfos parecían enzarzados en viejas trifulcas que no había dios que las resolviera si no era de forma violenta.

Además desde la última vez que recibieron órdenes ya no les daban problemas. Probablemente porque los tenían en baja consideración incapaces de arreglar unas trifulcas que quizá a ellos no les interesaba solucionar realmente. No querer arreglar los problemas era un error, no aceptar acceder a una solución certera era otro… lo cual demostraba que aquella especie tampoco era perfecta.

-Estás centrifugando -le advirtió Alauniira demostrando lo bien que lo conocía.

El Hijo de Amón admitió:

-Sólo me estaba preguntaba qué motivo podría llevar a Loth a dejarle un mensaje a mi nieto si no es para que ponga orden en el caos que tanto le gusta.

La Matriarca le recordó:

-Desde la muerte en la vida anterior de Nebjeperure, hasta en el caos de la Reina Araña hay cierta lógica que no está al alcance de todos.

Eso era verdad.

Por fortuna su amada era una de las pocas que sí era capaz de interpretarla y actuar en consecuencia antes de que pudiera afectarles negativamente.

-¿Y si abres el pergamino? -pidió Usermaatre realmente intrigado.

Ella así lo hizo.

Su sorpresa fue mayúscula. Llenando gran parte del pergamino había una imagen de una hermosa drow.

-Esa no es Loth -declaró el sabio regente.

Su amada se lo confirmó:

-Se llama Yvonnel, lo último que sé de ella es que estaba estudiando para ser alta sacerdotisa cuando su madre la Matriarca de su casa, en su momento la octava en importancia, le encargó la crianza de su hijo.

-“Ella es para ti Nebadur, Arasuh” -leyó Gaia el breve texto que acompañaba a la imagen.

¿Nebadur? ¿Había oído bien?

¿Araush? ¿Cómo Loth había acortado su antiguo nombre en semejante misiva?

¿Y por qué le ofrecía una mujer a su nieto?

De acuerdo que no le solían durar mucho las relaciones, cuando las tenía… porque eran muy pocas. Por un lado ellas acababan queriendo hijos que su nieto no podía tener, por otro las chicas fallecían o simplemente dejaban de tener interés en Nebjeperure…

La verdad era que eso resultaba doloroso para su nieto.

Era algo para lo que buscaban solución sin descanso pero no lo hallaban. Ser eterno era un problema en una raza que tenía una esperanza de vida que, si bien se iba alargando, seguía siendo corta en comparación.

-Nebadur fue el nombre de Nebjeperure en su vida anterior -explicó Alauniira-. Significa “Señor del Destino”.

Usermaatre reconoció:

-Un buen nombre, mejor en todo caso que el Niño del Caos o el Niño que porta el Caos en su interior.

Nebmaatre se quedó pensativo. Había algo en todo eso que se les escapaba. Pero no atinaba a encontrar el qué.

-¿Soy yo o ese mensaje es un poco raro? -planteó.

Gaia cuestionó:

-¿Raro?

-Lo he consultado con la Señora del Este -explicó la Matriarca-. La respuesta se encuentra en el Pasado, cuando por aquel entonces Nebjeperure reunió a la que consideraba su familia en torno a sí…

-Loth y Corellon -mencionó el Grande.

Alauniira continuó:

-Sólo a él le permitió que la llamase por su antiguo nombre.

-Quizá por eso esa pareja firmó la paz cuando nacieron las niñas -reflexionó el Magnífico en voz alta

Su Gran Esposa mostró que estaba de acuerdo con él con un leve asentimiento mientras dejaba que el pergamino se enrollase. Seguidamente comentó:

-La Señora del Este me ha dicho además que “No todo es lo que parece, incluso en la más oscura noche hay algo de luz al igual que la luz siempre emitirá sombras”.

Así que además de todos los problemas humanos ahora tenían que andarse con ojo con lo que se traían entre sí los elfos y sus dioses. Quizá deberían crear un sistema de citas para dar un orden a los asuntos y no cansar a su nieto… aunque esa drow no estaba nada mal, antaño la habría incluido en su Casa Jeneret sin pensarlo.

-No quisiera meterme en asuntos familiares… -empezó a decir el Grande.

El Divino Señor de las Dos Tierras puso los ojos en blanco:

-Usermaatre, si no lo hicieras te aburrirías -luego miró a Gaia-. ¿Seguro que todavía no hay por ahí alguien capaz de mantenerlo ocupado cuando no está con sus negocios?

Ella volvió a ofrecerle una enigmática sonrisa y opinó:

-A mi me parece que solo intenta protegeros, porque además de ser su misión os aprecia.

A Usermaatre le dio igual su comentario. Como de costumbre dio su parecer que sabía sería bien recibido:

-Recomiendo cautela en este asunto.

-Habría que comentárselo a Nebjeperure -dijo el rey de la Tierra Negra.

El Grande continuó:

-Desde luego, además no matar muchas arañas en un tiempo -se adelantó a su réplica-. Si la respuesta está en el Pasado, si está relacionada con el comportamiento de esos dos… creo que lo primero es buscar esa respuesta.

-O dejar que llegue a su debido tiempo -aconsejó Alauniira-. La Reina Araña sabe cómo se las gasta esta familia y es inteligente… quizá Nebjeperure tenga la pieza que falta, una pieza que Loth solo quiere que conozcan unos pocos elegidos.

Usermaatre terció:

-No sé si sentirme afortunado o lo contrario.

-Esto sin duda forma parte del equilibrio -señaló Nebmaatre-. No debemos perderlo de vista cuando entreguemos el pergamino a Nebjeperure, nuestra prioridad es su felicidad.

Quizá fue en ese momento cuando Gaia se volvió más misteriosa que de costumbre:

-No sólo la vuestra.

-Pero -comentó el Hijo de Amón- vamos a encargarnos de lo que tenemos por delante… -seguidamente le planteó a Gaia- ¿Estás bien o hay alguna circunstancia en la que necesitas que intervengamos?

Usermaatre dijo con firmeza:

-No vamos a dejar que esos sacerdotes criminales se relajen.


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