Y de pronto…el silencio…

En un mundo donde existe el tiempo, nada puede volver atrás.

Luan

Lo miré con cara de circunstancia para ir a replicarle una de mis respuestas cuando de pronto pasaron varias cosas a la vez, se iluminó mi espada con un fulgor verde y por el rabillo del ojo vi salir al demonio para luego envolverme con su cuerpo, también noté como mi hijo se tensaba y en su mano aparecía el disco de Atón pero todo era como a cámara lenta…quise ver que estaba sucediendo pero el propio cuerpo del demonio me lo impedía, ¿ por qué había salido de la espada sin que le hubiera dado permiso?

Al segundo o a los dos segundos de pensar eso, de pronto pareció como si el tiempo volviera a recuperar su cauce pero el demonio seguía en su sitio mientras escuchaba como todos empezaban a hablar de forma apurada.

» Retírate » le gruñí para poder entender la situación, aún que algo ya me decía que iba muy mal por las pocas caras que veía casi en Shock. Él gruñó descontento pero en vez de volver a la espada dio un paso atrás y se quedó en mi espalda, permitiéndome ver lo que había pasado, algo que me dejó totalmente anonadada.

Core y Loth….ellos…yacían en un charco de sangre y esta última tenía una daga clavada justo en el corazón.

-La matadioses…- murmuró Ameni también sin entender lo que acababa de pasar.

-Pero…- murmuró la esposa de Akh mirándolo confundida, ¿Cómo era que él no lo había visto? –

User en ese momento dio un salto y empezó a dar órdenes a diestro y siniestro para buscar al culpable.

«Ninguno…ninguno lo hemos detectado…sólo el Demonio y Neb en el último momento…» empecé a pensar sin poder apartar la vista de mi Madre mientras sentía como mi sangre empezaba a arder recordando una visión que hasta que User había aparecido en mi vida me había perseguido durante milenios….la de mi hijo…

¿Por qué?

Apreté un puño con fuerza para luego ver como la Matriarca y la Elfa Dorada empezaban a llorarlos y ahí les grité:

-¡NO! – eso las dejó desconcertadas al notar mi aura que cada vez era más notable a la vez que mis ojos se enrojecían más – ¡Esto no puede salir de aquí! Mientras un Dios tenga creyentes no moriría del todo – dije esto último muy seria.

-No entiendo lo que ha pasado – admitió Atón recapacitando en por qué su videncia esta vez había fracasado estrepitosamente.

Fue ahí entre ese Caos que escuché a Mek rugir en una dirección hacia la cual rápidamente giré la cabeza para ver por un segundo desaparecer a Neb.

» Oh no » pensé intentando seguir su rastro de magia, él si había logrado dar con el culpable pero el rastro que dejaba era tan potente que de no haber tenido mi poder no lo habría soportado.

» Y sólo es el rastro » pensé preocupada.

-Neb….- escuché que decía Ib angustiada también mirando en mi dirección y seguro que notando lo mismo que yo pero mucho más potenciado, luego me miró y me pidió – tienes que ir a por él…no está pensando con claridad –

-No llego a alcanzarlo ni con mi poder…parece que él tiene un poder alcanzable por cómo se comporta pero en estos momentos… – miré hacia dónde lo había visto desaparecer.

-Algo podrás hacer – me insistió con lágrimas en los ojos.

-Él siempre ha dicho que la única que podría destruir el mundo si quisiera sería su Madre – aseguró la pareja de Ameni.

-Además es tu hijo – agregó Akh preocupado por su pequeño, por las buenas con Neb lo que quisieras pero acababan de matar a sus dos padres.

Apreté los labios para luego posar la mirada en mi madre recordando la conversación que se había alargado cuando estábamos en la Antípoda.


-Una cosa más… – me dijo tras levantarse en el despacho.

-¿Otra más? ¿Después de cómo me has hecho la cama? – rezongué arrancándole una sonrisa enigmática.

-Si algún día falto…Toma mi relevo –

Eso me hizo fruncir el ceño para luego fulminarla con la mirada:

-No lo digas ni en broma Madre –

-Promételo – insistió.

-Nunca vas a faltar – le repliqué cabezona.

-Luan promételo – me dijo usando un tono tan serio que nunca se lo había escuchado.

Eso me hizo resoplar y ceder:

-Demasiadas cosas me estás pidiendo hoy – rezongué pero viendo que no me dejaba de mirar – ok, ok, te lo prometo, pero eso nunca va a pasar –


Apreté los puños con rabia para luego pensar para mi » maldita tejedora del Destino…¿en qué estabas pensando? «

-¿Luan? – me llamó Ib mirándome con preocupación pero también deseando que tuviese alguna solución.

Resoplé.

-Primero lo que va a pasar tiene que quedar aquí, y segundo tenéis que mantener los cuerpos –

-Está bien – asintió Ameni de manera formal para que luego yo caminase hacia mi madre.

-No te pienses que te vas a librar, esto sólo va a ser temporal – le siseé para luego cerrar los ojos y usar mi poder en ella haciendo aparecer un orbe azul sobre la palma de mi mano que salió de su cuerpo.

Las Matriarcas se sorprendieron sin poder evitarlo.

-¿Qué pasa? – planteó User sin entenderlo.

-Va a…- empezó la que venía de la antípoda y yo la interrumpí mientras recubría el orbe con otro de espinas.

-Es temporal, hasta recuperarla – rezongué para luego introducirlo en mi cavidad torácica antes de que de pronto sintiera un poder inmenso que se unía al mío, imagino que la conversión no fue tan difícil gracias a que era sangre de su sangre, sino tal poder sin duda me hubiera matado.

-Ahora eres…- comentó la pareja de Ameni.

-No, no lo digas. No me hagas real – repliqué abriendo los ojos y ella asintió comprensiva.

-Digna hija de su Madre…- dijo Ib con las manos sobre el pecho.

Me acerqué a ella para luego ponerle una mano en el hombro, aún que se lo decía a todos:

-Lo encontraré –

Antes de retirarme noté como una mano me agarraba de la muñera, era User que me miraba con intensidad como para recordarme mi estado.

-No lo olvido, pero él me necesita – le dije seria para que él asintiese sin decir nada.

Fue en ese momento cuando salté a las sombras y empecé a buscar su rastro con Mek a mi lado, el cual también había tenido su cambio, ahora era aún más grande y en su pelo se veían algunos destellos azules. Me gruñó en una clara señal de que saltara a su lomo y así lo hice sin dudarlo para que segundos después todo se difuminase.

Fue un contraste curioso, porque aún que a la vista todo pareciese ir muy rápido a la hora de saber hacia dónde dirigirnos no teníamos duda alguna.

Sencillamente perseguíamos como un hilo y este cada vez se hacía más claro, sin importar lo que había a nuestro alrededor.

Hasta que por fin, sin saber ni por cuantas épocas, realidades y tiempos habíamos pasado, notamos a Nebadur.

Ahí aparecimos delante de él para que el alma se me rompiera al ver cómo se encontraba, notaba que su energía estaba ya bajo mínimos pero aún y así no decaía su afán por continuar.

-Oh pequeño…- murmuré para caminar hasta él mientras Mek se ocupaba de los Demonios que buscaban acercarse a nosotros.

-Yo no…yo…- empezó a decir apesadumbrado y con el alma rota – Debía haberlos protegido…les fallé – me dijo con la voz rota y la cabeza gacha.

Ahí cerré los ojos por un momento acordándome de cuando yo lo había perdido a él…era un sentimiento devastador e indescriptible….el cual también me había generado una cólera que casi me había consumido por completo.

-Se lo que es sentir eso mi pequeño, pero tú no les fallaste, te lo aseguro, es algo que he aprendido a base de también estar en el abismo donde te encuentras – le respondí con suavidad y comprensiva.

-Tengo que recuperarlos, ellos no tienen la culpa – me dijo buscando ponerse en pie.

-Los recuperaremos – le aseguré – Moveremos cielo y tierra y no pararemos hasta conseguirlo pero esta no es la manera – le borré una lágrima sintiendo un gran pesar al verlo tan mal para luego buscar animarlo de alguna forma – recuerda la batalla de la Antártida….siempre juntos – sentencié estas últimas palabras poniendo mi otra mano en su mejilla y mirándolo a los ojos.

-Siempre… juntos…- escuché que repetía y eso era bueno, significaba que ya había salido del estado de Odio supremo – Dime a dónde tenemos que ir – agregó lo cual en el fondo me alivió.

– A casa primero, tienes que recuperarte además de que están todos muy preocupados – hice una pausa – y tenemos que formar un plan. – me levanté y le tendí una mano para cuando me la cogió apoyarlo contra mi para luego darle un suave beso en la frente – Descansa pequeño…tú nos proteges pero nuestro trabajo es protegerte también- le murmuré con cariño para luego notar cómo sus músculos se relajarían y ahí lo cogí en brazos.

-Volvamos a casa Mek… – le comenté mirando a mi alrededor y la destrucción que había hecho mi pequeño.

Él gruño lamiendo la mano de Neb preocupado.

-Lo sé…- murmuré viendo los surcos de lágrimas que tenía Nebadur en su cara – Primero los recuperaremos – le dije con tranquilidad a mi compañero – pero luego… – miré en la dirección que notaba el hilo de magia que Neb había seguido…

-Se que estás ahí – le hablé a la nada – Y se que te crees por encima de nosotros, pero te voy a hacer al favor de darte una advertencia. – Extendí mi aura – No nos importa lo más mínimo de donde hayas salido, lo que has hecho es algo imperdonable y tampoco importa lo seguro que estés de haber escapado, no hay dimensión, espacio, ni tiempo que te vaya a librar de esta familia – sentencié con firmeza antes de regresar, aún que noté cómo mis palabras lo enfadaron se dio contra un muro de espinas que no pudo cruzar.

Si él aprendía de nosotros nosotros también de él, persiguiendo a Neb había ido estudiando su patrón y creado unas espinas contra este.

-Vete ahora a meditar como te vas a enfrentar contra la bestias que has despertado – siseé mosqueada.

Tardé un poco en volver pero al final aparecí desde las sombras con Neb en brazos, estaba claro que nadie se iba a retirar a dormir sin saber si Neb estaba bien.

-¿Estás bien? – me preguntó User preocupado acercándose a mi.

-Si tranquilo, ¿ por qué? – me sorprendía la preocupación que había en general.

-Lleváis un mes desaparecidos – me indicó la Matriarca mientras Ib se acercaba a mi muy preocupada por Neb.

-¿Cómo? – comenté elevando una ceja para luego tranquilizar a su Esposa – Sólo necesita descansar Ib, no te preocupes –

Ya bastante habría afectado todo esto a la lactancia para que ahora se preocupase más.

-¿Seguro? – respondió dubitativa.

-Deja que lo lleve a vuestra habitación para que descanse y ahora os cuento todo lo que ha pasado – le respondí antes de encaminarme hacia la habitación de Neb y tras ponerle el pijama con magia tumbarlo por dentro de la cama.


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