A largo plazo damos forma a nuestras vidas y nos damos forma a nosotros mismos. El proceso nunca termina hasta que muramos. Y las decisiones que tomamos son en última instancia nuestra responsabilidad.
Luan
-Si decidiéramos el destino de una raza por lo que unos pocos de esta hacen, aún siendo poderosos, no seríamos muy diferentes a ellos – comentó Gaia con tranquilidad – eso me lo enseñó tu hijo – me dijo mirándome directamente.
Gruñí sin poder evitarlo sabiendo que en sus palabras había verdad pero esta chocaba contra los sucesos del pasado, unos que habría querido que jamás sucedieran.
Fue ahí cuando vi a una Kate cohibida que levantaba la mano con las orejas a los lados para luego plantear:
-Esto….-murmuró al ver que todos la observábamos como dándole pie a hablar – Me estoy perdiendo un poco….- admitió con sinceridad.
Fue ahí cuando yo la miré con seriedad mientras mis ojos se ponían rojos.
-Ah no Controladora…- me empezó a decir User al verme los ojos sabiendo mi opinión de los humanos y de la explosión que podía dar y más tal y cómo veía que tenía el día, quizás obra del embarazo.
Levanté una mano para que no siguiera mientras le dirigía mi mirada con rapidez y eso lo hizo quedarse callado antes de que la volviera hacia Kate la cual tragó saliva y bajó las orejas escondiendo la cola notando mi aura.
-Tu raza asesinó no una, sino dos veces a Mi Hijo – le repliqué con frialdad a la Gata.
-Madre…- me soltó mi pequeño sabiendo que Kate no tenía ni conocimiento ni culpa de ello.
Pero fue ahí cuando la Gata la miró bajando las orejas antes de volver la vista hacia Neb:
-¿En serio? – le planteó como si le doliera a ella misma que hubiera tenido que pasar por eso.
Él asintió.
-Me gustaría decir que no, pero si – admitió Nebadur para luego sonreirle como para consolarla y que no se sintiese tan mal.
Eso me llamó la atención por parte de Kate, la cual realmente parecía sentirlo en lo profundo de su corazón, el que el ser humano hubiera acabado con él y también que Nebadur hubiera tenido que llegar a ese límite, notó que se sentía identificada con ella al menos en esas emociones.
– A veces no son las circunstancias las que nos hacen sentir el padecimiento del otro, sino lo que generan en nosotros y vemos reflejado en los demás – comentó ahí Gaia de forma relajada.
Miré a Gaia como si lo hubiera dicho directamente hacia mi pero esta permanecía en su lugar sin mirar a ningún punto en particular.
-El tiempo es aprendizaje – sentenció su Madre con una suave sonrisa – No importa el momento, la raza, o lo que pase por medio, siempre habrá algo que al final encaje las cosas en su lugar – sentenció de forma resolutiva.
Ahí Kate los miró a todos con las orejas en alto y como asombrada para luego murmurar saliéndole del alma:
-Parecéis libros con patas…-
Eso les arrancó una risa general porque ninguno tenía pensado que les dijese algo así.
-Kate, no cambies nunca – escuché que le decía Neb a esta muy divertido.
-Espero no haber dicho nada…malo…- admitió ella bajando las orejas para que luego Atón le diera un suave golpe en el hombro antes de replicar:
-Estas cosas son la salsa de la vida, no te avergüences de ellos – la animó con una sonrisa.
-Ah….- soltó en un principio sin saber que decir – es que…cómo no se tanto como vosotros…-
-Tú tranquila Gata, lo sabemos – le dije viendo su apuro.
Fue ahí cuando la enviada de los Elfos Dorados la miró con curiosidad:
-Se me hace curiosa tu apariencia. ¿De qué raza eres? –
Eso la hizo carraspear.
-Esto….no…¿se? – miró a su familia porque no tenía ni idea de si había más como ella.
-Kate es especial – replicó su hijo saliendo en su ayuda con una sonrisa.
-Entiendo – respondió la elfa Dorada sin necesidad de que le diera más explicaciones.
-Cosa de Dioses – añadió la Drow que sabía su historia por lo que había pasado en la Antípoda.
-Eso también se me hace….chocante un poco aún – admitió Kate.
-¿Chocante? – le plantearon las dos curiosas lo cual hizo que su cola se ocultara.
» Es muy joven aún y además se ve que le cuesta el control sobre sus nuevos amigos » pensé para mi divertida.
-Ah bueno es que…los humanos….si tenemos Dioses – aclaró esto último atropelladamente, se la veía incómoda siendo el foco de atención ante gente tan importante – pero….no es obligatorio? Yo al menos…no…creo en ningún Dios –
Eso descolocó tanto a la Drow como a la Elfa Dorada.
-¿Y eso por qué? – le planteó curiosa la primera.
-Bueno…lo primero es decir que nuestros Dioses no son…tan cercanos…. – señaló a Loth y a Core – En verdad aún viendo que para vosotros….si existen no se siquiera si los de mi tiempo lo hacen… – se sinceró – y no se si quiero saberlo…- agregó pensativa.
-Porque entonces te plantearías por qué han dejado que pase lo que ha pasado – comenté con sencillez sin hacer falta leerle el pensamiento.
Ella asintió para luego bajar la mirada.
-No creo, ni creía antes de pasar esto, pero prefiero no saber si lo hacen o no porque seguramente estaría resentida con ellos –
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