Paréntesis

No nos hacemos sabios por el recuerdo de nuestro pasado, sino por la responsabilidad de nuestro futuro.

Luan

Gaia no tardó mucho en hacer que los lugares estuvieran listos y las avanzadas aparecieron días después. Tres semana dijeron que necesitarían para ponerlas totalmente operativas.

Eso nos daba un margen que aprovechamos en la primera semana para organizar todo, aún que fuera sobre papel por el momento para luego quedar totalmente liberados. Sobretodo mi Hijo al cual le encantaba estar el mayor tiempo posible con Ib y Lur.

Era uno de esos días en los que ya no teníamos nada más que hacer a la tarde cuando, desde la sombra del Palacio observaba a la familia en el jardín al lado del lago disfrutar del sol que, seguramente, tanto habían echado de menos.

Se encontraban todos, Nebadur y su familia, mi Madre y Core, Gaia, los pequeños de Mek y Bastet, la Gata…

» Es una estampa para enmarcar » pensé para mi dulcificando mi mirada mientras me apoyaba en una de las columnas que daban al jardín.

Verlos era muy placentero, sentía como si todo lo que hubiera pasado compensara por ver esa escena, por fin parecía que teníamos un momento de tranquilidad tras todos estos meses.

De pronto, sin esperarlo por que estaba absorta en lo que estaba mirando sentí un suave golpe contra mi hombro.

-¿Preciosa escena verdad? –

Giré la cabeza levemente para ver a User el cual tenía la mirada puesta en ellos con una calidez en los ojos invaluable.

-Si….- comenté con sencillez sin tener ni idea de por dónde me podría salir.

Él me miró para luego volver la vista al frente sin decir nada, pero con ese gesto lo dijo todo.

-User….- murmuré suspirando.

-Ya te dije que no te pienso atosigar, pero las niñas ya han nacido – comentó de forma suave.

Rodé los ojos para luego caminar hacia la familia mientras él me seguía en silencio detrás, sin insistir, sencillamente dejándome claro su punto de vista.

Ahí nos integramos con los demás y pasamos un día increíble, uno que jamás habría imaginado, junto a las pequeñas y a los pequeños hijos de Mek que sin duda fueron los protagonistas.

Me hizo gracia ver como la más peque, la albina y que Lur la había escogido como suya, no se apartaba de esta, los demás podían estar jugueteando pero la pequeña pantera no se alejaba de mi Nieta.

Sentada junto a los demás sonreí a medias al ver ese comportamiento, tanto de la Pantera como de Lur.

-¿Madre, qué te hace gracia? – me planteó Nebadur al ver que miraba a su hija.

– Se me hace curioso que la más pequeña y diferente sea la que más quiera Lur – comenté con tranquilidad.

Nebadur la miró para luego observar a su hija y a la Pantera que estaría esta primera dormida y la otra se abría acurrucado a su lado, pegadita a ella.

-Esa pequeña hija de Mek y Bastet será de las más grandes – sentenció seguro pareciendo casi que fuera el Oráculo.

-No lo dudo si es la que ha escogido tu pequeña – comenté con tranquilidad.

Entonces él sonrió:

-Es su alma gemela – dijo acariciando a Mek tras la oreja – tú sabes lo que te haces…a que sí mi gatote –

Mek ahí se dejó hacer ronroneando antes de, tras un lametazo hacia Neb, retirarse hacia el interior del Palacio.

-¿Qué le pasa? – planteó Neb preocupado por su reacción, Mek nunca se alejaría de ellos.

-Buena pregunta…- admití elevando una ceja sin tener ni idea de a qué venía ese comportamiento para que luego minutos después apareciera agarrando entre sus fauces a un pequeño leopardo negro de ojos rojos y algunas marcas blancas en los patrones delante mía.

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