La paz no puede mantenerse por la fuerza; sólo se puede lograr mediante la comprensión.
Luan
Acabamos en el comedor privado que nos habían preparado para cuando se hiciera el parón en el Torneo y ahí me senté con tranquilidad en mi sitio.
-¿Por qué mandaste a tu Demonio contra ellas? – me planteó curioso User.
Ahí sonreí a medias.
-Porque no soporto a las engreídas que no saben estar en una verdadera batalla – le dije con sencillez.
-¿De verdad fue por eso? – me planteó Ib anonadada.
-Creo que he sido clara con mi forma de pensar, no quiero a Drows egoístas que sólo piensen en hacer lo suyo sin importarles las compañeras para subir escalones –
Ahí escuché como Loth se reía:
-Lo dejaste más que claro con tu Demonio –
-Y lo volvería a hacer – rezongué segura.
-La verdad sus caras fueron divertidas – admitió la Matriarca del Abuelo de Neb.
-¡Esa es mi Controladora! – comentó User con una sonrisa.
Rodé los ojos para luego replicar:
-Hay que reformar el sistema y a las cabezas duras hay que darles un golpe de realidad –
-Nadie está diciendo que no lo hayas hecho bien cariño – me respondió mi Madre mirándome lo cual me hizo sentir incómoda con sus palabras.
«Tampoco es para tanto…sólo estaba dejándoles claras las cosas»
-Al…- fue ahí cuando ella me interrumpió con calma.
-Cuerno – dijo para luego sonreír – No te agobies, va bien la cosa –
Resoplé poniendo los ojos en blanco.
-Lo dice la que decreta cosas frente a las personas pero luego yo tengo que ir por detrás –
Ella se hizo la pensativa para luego mirarme:
-Oh, pues yo te he visto muy activa en el Torneo – admitió con una sonrisa.
-Serás…- siseé entrecerrando los ojos.
-Has estado fantástica Hija – me dijo con cariño – Estoy muy orgullosa de ti – admitió mirándome.
-Al Cuerno…- murmuré sonrojada.
-¿Estás roja Madre? – escuché que me preguntaba Neb.
-No – dije con firmeza escuchando a Loth reírse divertida.
Eso lo pareció divertir pero para no meter el dedo el la herida me preguntó:
-¿Durará mucho más el Torneo? –
Yo lo miré comprensiva, aquí no estábamos mal pero el hogar era el hogar.
-Sólo un par de días y luego dame una Semana para dejarlo todo listo – le aseguré.
Luan
Al final pasaron dos pero todo quedó bien atado. Ya habíamos escogido la casa perfecta para hacer el encuentro en Casa frente a la Dorada, la cual también había estado supervisada por Core y que además sabía los cambios que se estaban dando en la antípoda y quién había acabado con la lacra que esta tenía.
» No se les ocurrirá atacarnos» pensé viendo el carromato dónde por fin volvíamos a Casa.
Miré a mi segunda la cual había escogido a conciencia ya que no iba a dejar a mi familia.
-Ya sabes, a parte de los informes diarios cualquier cosa que se salga de lo normal me lo reportas – le dije seria y ella asintió.
-No lo dudes por un momento – le aseguró seria para que por fin pudiera volverme hacia mi familia y decirles la frase que todos deseaban escuchar – volvemos a casa –
La alegría se notaba en el ambiente mientras salíamos de la antípoda para luego de nuevo ver el brillante sol entre las hojas de los árboles, yo desde mi caballo Sombra miré hacia el interior del carromato para ver toda la actividad que allí había.
Charlas, las pequeñas comiendo e incluso los hijos de Mek y Bastet correteando por este jugando entre ellos, eso me hizo sonreír a medias pensando que si la felicidad se le parecía a eso realmente valía luchar por ella.
» Esto es Maat » me dijo mi Madre de forma mental mientras estaba tan tranquila sentada al lado de Core en la carretilla.
Suspiré por que me leyera el pensamiento pero luego no pude evitar sonreír para admitir.
«Esto es Maat » reconocí para luego también ver a Kate que cohibida respondía al cariño tanto de gatos como de las peques sin saber muy bien cómo reaccionar y a Gaia mirándolos a todos divertida como si fuera un mural cambiante que le arrancaba una sonrisa.
» Que diferente el hoy del ayer » pensé para mi mientras nos plantábamos delante de las puertas de Nuestro Hogar el cual no había cambiado pero en el fondo nosotros si.
» Tan voluble es la vida…» me dije mientras cruzábamos la calle principal en dirección al Palacio para de pronto ser cubiertos no sólo por gente que se alegraba de vernos sino también por guardias.
» Te veo muy pensativa » escuché que me decía mi Madre mientras entrábamos a Palacio y nos anunciaban.
» Otra nueva Etapa » le dije sin más y ella puso la carreta al lado de Sombra, que era mi caballo.
-Esta será la mejor – me reveló con una sonrisa antes de irse hacia las caballerizas.
-No cambiará…- rodé los ojos y fue cuando escuché la pregunta de Nebadur desde la parte trasera dónde había estado junto a su hija, su Amada y los demás.
-¿Ya estáis? – replicó divertido.
-Disculpa, díselo a tu Tejedora del Destino – rezongué dejando que Loth dejara la carreta en los establos con cuidado para luego volverme escuchando cómo se reía – Ya llegamos, ¿y las pequeñas? –
-Todo bien – le respondió Ib acariciando con suavidad la cara de Lur.
-Su hermana y su tía también – le aseguró User con una sonrisa que se reflejaba en sus ojos.
» Está demasiado emocionado con las niñas…» pensé para mi sin reflejarlo para luego asentir.
Poco a poco la normalidad al volver se hizo estable, al principio fue un poco locura, sobretodo cuando las dos peques que se habían tenido que quedar vieron a sus nuevas hermanas y a los pequeños hijos de Bastet y Mek, pero luego todo se tranquilizó….bueno…hasta que apareció Kate….
Las pequeñas la adoran, todas, pero claro las mayores, valga la redundancia, son mayores que sus hermanas y parecen querer estar con ella todo el rato, lo cual obviamente a la Gata la sorprende y cohíbe.
» Es demasiado inocente » pensé para mi en una comida viendo como las pequeñas casi le saltaban encima.
-Eres su Gata, Gata, vas a tener que aceptarlo – le dije como si tal cosa comiendo.
-¿Yo? – me planteó elevando las orejas para luego sonrojarse – Pero si yo no…- miró a las pequeñas y cómo estas estaban pegada a ella – yo no…- repitió tragando saliva – sólo he tratado con mis sobrinos un poco…yo no he tratado…tanto con niños…ni tampoco se…por qué…- se rascó la nuca confundida – están…tan…apegadas a mi – admitió esto último
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