El vínculo que te une a tu verdadera familia no es el de la sangre, sino el del respeto y la alegría que tú sientes por las vidas de ellos y ellos por la tuya.
Luan
Vi como la Matriarca se puso en pie para luego recriminarme con furia:
-¿Qué es esto? – me dijo y yo me mantuve tranquila en el asiento.
-¿Y lo que tú has hecho hace unos segundos? – repliqué sonriendo levemente – es gracioso ver cómo es fácil atacar pero nos ofendemos como nada cuando nos intentamos defender – mis palabras la tensaron y me miró fijamente a la vez que yo le devolví una mirada calmada.
-¿ Asusta verdad? – le dije como si tal cosa – pensar que creías haber llegado a la cúspide de poder y que nadie te podría vencer una vez la alcanzases – me puse en pie notando como ella se echaba para atrás y las Sacerdotisas se acercaban a mi como advirtiéndome – Te equivocaste a la hora de con qué familia jugártela…y te aseguro que no estoy enfadada sino lo siguiente – le dije apoyando con tranquilidad mis manos en su mesa pero con los ojos rojos y el Demonio detrás mía brillando en verde.
Ella tuvo el tino o el shock de quedarse callada antes de mandar a todas sus Sacerdotisas contra mi.
Me cubrí con las espinas para darles tiempo para que recuperasen la reliquia pero estaban sentenciadas. Llevaba meses planificándolo, nada iba a salir mal.
» No me lo puedo permitir » pensé para mi.
Estaba mi Madre en juego, mi Hijo y mi Nieta. Sin contar con su Hermana y su Tía. No. Aquí se habían pasado de castaño oscuro.
Pero tenía que tener paciencia….hilar todo muy bien….para que no les afectase a la hora de robar la reliquia ni tampoco a lo hora de los partos, así me había llevado tantos meses planificarlo…tenía que ser perfecto.
-¿Crees que tú, una simple Drow, va a romper el sistema? – escuché que me soltaba con una sorna que hasta yo noté que era nerviosa.
-Nosotras sabemos mejor que nadie que caen casas y otras se alzan, sabemos que el tiempo es voluble en ese sentido – repliqué tras mis espinas para luego hacerlas desaparecer cuando los Demonios ya habían hecho una Masacre de sus Sacerdotisas, Magos, y demás que habitaban su casa, era la última y mi Demonio me la había dejado por cortesía.
-Serás…- siseó viéndose entre la espada y la pared.
-Se acabó – sentencié de forma resolutiva y fue ahí cuando apareció Kate por la puerta toda sorprendida por lo que estaba pasando y ya intuí las intenciones de la Matriarca.
En cuanto saltó hacia ella para alcanzarla su brazo voló por los aires mientras mi Demonio se anteponía entre ella y Kate, la cual se quedó pálida, sin entender nada de lo que estaba pasando.
-Llévatela a las Sombras, que se quede junto a Mek – le dije al Demonio mientras miraba con seriedad a la Matriarca.
Este así lo hizo mientras ella se quedaba pensativa.
-Mek…- murmuró para luego mirarme – Tú…la de las leyendas….Sombra….- replicó tensándose y haciendo estallar su poder enfadada.
-Aja…la misma que viste y calza – repliqué divertida por que al final me reconociera.
-Por qué….¿¡Por qué has aparecido ahora!? – rezongó sin dejar de atacarme.
-Porque has osado a tocar a mi familia – le dije con frialdad.
-¿A una Drow desechada por su familia y a un humano endeble? – me siseó volviendo a la carga y eso si que ya hizo que mis ojos se volvieran rojos y ahí salieran tal cantidad de espinas que paralizó todas sus serpientes, ataques e incluso a ella misma, hasta el punto que me puse a pocos centímetros de su cara.
-Has atentado contra la integridad de mi Madre como Diosa, Loth – dije con firmeza – contra la de mi hijo, Nebadur – seguí – Y contra la de mi Nieta – sentencié – No sólo arrasaré con tu Casa, sino con todas que comulgan contigo porque NADIE y repito NADIE toca a mi Familia – siseé esto último con una ira descomunal mientras mi Demonio le gruñía brillando en verde detrás de mi antes de que las espinas la despedazaran.
-Que no queden ni los cimientos… – le dije a mi Demonio y este asintió para luego empezar a hacer todo arder con gusto.
Eso sabía que haría movilizarse a las demás casas que comulgaban con esta, pero tenía un As bajo la manga. Por eso salí caminando con tranquilidad de la mansión mientras esta era derruida por los carroñeros y otros demonios guiados por el mío a la vez que afuera me encontraba con la Alta Sacerdotisa, la ejemplarizante en el…Paseo…
Me paré ante ella y todas las Sacerdotisas que la acompañaban con tranquilidad.
-Has cometido un grabe error – me soltó mirándome también con los ojos rojos y sacando su látigo.
Aún no….necesitaba un poco de tiempo…
-¿Ah si? – comenté con ingenuidad – Pensé que las luchas entre casas se solucionaban entre ellas – repliqué haciéndome la tonta.
-No debiste atacar esta casa – sentenció.
«Tiempo » me repetí.
-¿Por qué? Porque te interesaba ¿no? – repliqué con una media sonrisa que la tensó. – Ya…muy ingenua eres si piensas que no todo el mundo sabe tus chanchullos con ella…-
-¡YA BASTA! – me gritó.
-Aaah…hemos echado sal a la herida – seguí usando el tono socarrón.
-Maldita…- siseó antes de cargar contra mi y fue ahí cuando con mi espada paré sus serpientes que iban en diferentes direcciones pero las logró desviar lo cual vi que por unos segundos la sorprendió.
-Si quieres jugar, podemos jugar…- comenté de forma calmada volviendo a mi posición – Pero yo que tú me lo plantearía –
-Desgraciada…- siseó con rabia sintiéndose menospreciada por una Don Nadie que había aparecido hace unos meses y siendo ella la Suma Sacerdotisa.
-Nada nuevo ¿No? – le dije como si tal cosa -¿Unas caen mientras otras se alzan – la miré a los ojos y eso fue un reto en toda regla.
-Te enseñaré lo que es enfrentarse a una Suma Sacerdotisa – me dijo seria mientras veía como su poder aumentaba.
» Un poco más…» pensé para mi notando las Runas cargarse » sólo un poco más »
Además Mek estaba en las sombras, mientras no lo dañaran a él yo estaría bien, aún que por otra parte sentía lo que el podría sufrir pero habíamos estado todos estos meses guardándonos la magia para esto.
El plan era tener la energía por un lado nosotros y por el otro ayudarse con los partos…por eso habíamos actuado ahora…las tres embarazadas tenían tres runas que conducían su energía a la mía para que de esa forma pudiera usarla y así vencer a las casas y destronarlas definitivamente.
Me enfrenté a ella con mi propio poder sin gastar el que tenía en reserva usando mis Demonios y mis propias espinas, la enfrenté con todo sabiendo que no iba a ser alguien fácil de acabar y cuando lo hice la Casa cayó entera.
La observé derrumbarse en silencio pero sin bajar la guardia y fue ahí cuando sentí las demás presencias.
-Ahora viene lo bueno…- murmuré para mi antes de ver a los Demonios y a las demás Drows, incluso la de la casa principal bajar por la calle casi a la carrera.
Fue ahí cuando abrí las runas y dejé que saliera todo el poder de las parturientas para que me empapase, mis ojos no se volvieron rojos, sino negros y ahí ya miré lo que venía y sonreí a medias.
– Venid….venid….-
De pronto se hizo un silencio sepulcral en la Antípoda, uno que jamás se había sentido, antes de que un tremendo estruendo lo llenara todo, absolutamente todos los Cristales de las ventanas estallaron en miles de pedazos antes que de nuevo volviera otro silencio pero este no se notaba como el anterior…era un silencio cargado de muerte y destrucción…
Luan
Miré en silencio lo que había sido el lugar donde habían estado las Antiguas altas casas para luego girarme de forma condescendiente.
-Ni los monstruos escapan a su Destino… – susurré con tranquilidad para dirigirme a Nuestra casa de vuelta, estaba preocupada por los partos aún que estuviera segura de que todo iba a salir bien por todas las Deidades que las cuidaban.
» Mi primera Nieta » pensé para mi con cariño y también expectación entrando en las Sombras.
Ahí me encontré a Mek y a Kate la cual tenía la cola bufada, lo cual me extrañó.
-¿Todo bien? – le planteé
-Eh…si…- murmuró bajando las orejas pero con la cola igual lo cual me hizo elevar un ceja pero ahora lo importante estaba en casa y por eso nos dirigimos a esta.
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