Hay seres que jamás debieron existir

Afuera no hay canto de pájaros, y dentro un silencio sofocante se cierne sobre todos y todas las cosas, y parece arrastrarme hacia un abismo

Luan

Caminábamos en silencio por las sombras y podía notar como de vez en cuando me lanzaba alguna mirada de soslayo hasta que llegó un punto en el cual le dije con tranquilidad:

-Te responderé –

Eso casi lo hizo suspirar de alivio para luego mirarme antes de plantearme:

-¿Por qué crees que el demonio…? – dejó la frase en el aire mientras yo no aparté mi vista del frente y guardé silencio por unos minutos antes de responderle despacio:

-Por que me lo intentaron robar –

-¿Cómo dices? – me planteó epatado.

-Ya dije que fue algo que nunca me había pasado –

-No especificaste que fuera por eso, más bien diste a entender que lo habían tentado – replicó él frunciendo el ceño mientras yo seguía sin mirarlo.

Me encogí de hombros.

-Tecnicismos, es casi lo mismo –

-¿Con qué demonios nos vamos a encontrar Luan? – me preguntó preocupado parándose.

Se hizo un silencio pesado cuando yo también me detuve, incluso el ambiente en la propia realidad de las sombras era pesado y rancio, diferente…y la quietud…

Entonces si que lo miré y el tragó saliva al ver mis ojos rojos y toda mi expresión corporal que estaba tensa y alerta, pero lo que lo hizo tragar saliva fue lo que vio en el fondo de mis ojos.

-No lo sé –

Fueron tres simples palabras pero retumbaron en User, en Mek e incluso en mi. Mek giróla cabeza para mirarme, nunca, en lo que llevábamos juntos había sentido tal vulnerabilidad y desconcierto, yo siempre había sabido a qué nos enfrentábamos, otra cosa era saber si podíamos vencerlo.

-Y querías venir sola – escuché que me gruñía User secundado por Mek con otro gruñido gutural. – Tendríamos que haber venido todos –

-Sólo he venido a por el demonio y a averiguar a que nos enfrentamos, no pienso plantarle cara a algo que desconozco pero un contrato tiene dos direcciones – repliqué frunciendo el ceño con mis últimas palabras.

El Grande fue rápido al entenderlo.

-Dices que al haberte intentado robar al demonio …¿te ha localizado a tí? –

-Todos los que usamos magia dejamos una huella, ¿cómo te piensas que el Demonio lo localizó a él? – volví a caminar.

-De ahí que quisieras regresar tan rápido a casa…para proteger a tu hijo y marcharte cuanto antes – entendió User poniéndose a mi par.

-Nunca hago las cosas al uso – repliqué en tono neutral.

Fue ahí cuando, sorpresivamente, el me golpeó con su hombro el mío para romper el ambiente que se había formado y decirme con una sonrisa que sólo ocultaba su deseo para que no me preocupase tanto:

-Ya lo sé, eres mi Controladora favorita –

Y en el fondo lo consiguió, me arrancó una pequeña sonrisa y que mis hombros no estuvieran tan en tensión.

Continuamos caminando hasta que, tras horas, vimos a mi Demonio parado cual estatua en mitad de la nada, ya que habíamos llegado, aún que fuera por la realidad de las sombras, a la antártida.

Levanté mi brazo para detener a User, el Demonio estaba raro, no era normal que se hubiera quedado ahí quieto como si no nos hubiese sentido.

-Quédate aquí – le dije seria avanzando.

-Luan…- empezó a replicar.

-Te lo digo en serio User, quédate ahí –

Él tuvo la sensatez de hacerme caso y Mek se quedó a su lado protegiéndolo mientras yo avanzaba hacia el Demonio, cuando llegué a su altura observe como respiraba de forma gutural pero parecía como si se encontrase paralizado.

«Qué demonios está pasando aquí » pensé para mi, era como si el Demonio estuviera paralizado por algo invisible pero no detectaba ninguna magia que lo estuviera reteniendo.

-¿Luan? – me planteó User desde la distancia cuando me vio parada al lado del Demonio escrutándolo con la mirada.

-No te acerques, no sé por qué se está comportando de esta manera pero el vínculo no está dañado, a mi no me hará nada – le dije con aparente tranquilidad aún que mi mente estaba funcionando a todo trapo para intentar resolver ese enigma. – Vuelve a la espada – le dije al Demonio en una orden directa y él ahora me gruñó mirándome.

-¿Estás segura de que no te hará nada? – me preguntó el Grande al ver la reacción del Demonio pero yo había conectado visualmente con este.

-Si, me está advirtiendo – le respondí sin apartar la mirada del Demonio.

-¿De qué exactamente? – inquirió User pero sacando su espada, sin duda su instinto era muy agudo.

-De que si vuelve sea lo que sea que lo quiso robar sabrá que ha regresado con su Ama, por eso no volvió y por eso está aquí paralizado, de haber vuelto lo habrían seguido – le expliqué y ahí el Grande se puso en forma defensiva.

-Vale, que en cuanto lo invoques de vuelta a la espada aparecerá – replicó comprendiéndolo perfectamente.

-Así es – saqué mi arma sin despegar en ningún momento mi mirada de la del Demonio y asentí suavemente – Vuelve –

Él dudó por un momento, cosa que hizo que tensase más mis músculos porque sabía el poder que tenía y él no le temería a cualquier cosa…

Brilló en su suave tono verde que lo caracterizaba para luego volver a la espada y brillar en ella como diciéndome que estaba dispuesto a todo pero, cuando pensé que lo que fuera apareciese no lo hizo, ni siquiera noté ninguna turbación en las sombras, sólo el más absoluto de los silencios.

-Está jugando con nosotros…- gruñí enfadada escrutando la oscuridad.

-Pero no se siente nada de magia – admitió User sin bajar la guardia.

-Pero está…no lo siento de ninguna forma pero mi instinto me dice que no me confíe –

Comenzó a pasar el tiempo y allí no sucedía nada, aún que ninguno nos movíamos.

-Está usando la misma estrategia – resoplé en un momento dado.

-¿Cual exactamente? – me planteó User también tenso.

-La de desgaste, esperará hasta que o nos quedemos sin energía o bajemos la guar…- no me dio tiempo a acabar, ni siquiera me dio tiempo a avisar del estallido de magia que acababa de notar justo donde estaban User y Mek. -¡CUIDADO! – grité para, a cámara lenta ver como unos carámbanos negros atravesaban a Mek desde el suelo.

» Hielo…en las ¿Sombras? – me fije en milésimas de segundo que bajo ese hielo había como una especie de portal, quién lo hubiera hecho había entrado desde el mundo pero no pude procesar mucho más ya que noté el dolor que casi me hizo caer hacia adelante, me salvó que me dio tiempo a clavar la espada en el suelo antes de notar la sangre ferrosa en la boca.

«Joder…esto no me había pasado desde lo del Demonio » pensé para mi notando la sangre correr por mi cuerpo.

-¡LUAN! – escuché que gritaba muy preocupado User haciendo amago de correr hacia mi.

-¡No! Quédate con Mek, si él muere yo también – le dije con rapidez.

-Pero tú…- susurró angustiado mientras yo pensaba con rapidez, no era normal que ni Nebadur ni Gaia no supieran de una presencia así en el planeta…algo no cuadraba…

Volví a sentir el chisporretazo de energía pero esta vez ya no me iba a coger por sorpresa, cogí a User y a Mek con rapidez con mis espinas y los atraje hacia mi antes de hacer un circulo totalmente redondo que se elevó unos centímetros.

Noté como los carámbanos se estampaban contra las espinas y eso me hizo sonreír a medias.

» Me cogiste una vez capullo….no me vas a coger dos »

-Luan….- User se acercó a mi para ver toda la sangre que salía de mis heridas e intentando frenar alguna. – Dime…qué puedo hacer –

Sentía el mareo causado por la pérdida de sangre y gruñí.

«Mierda…se me acaba el tiempo »

-Nos voy a mandar al mundo real…- le dije entre jadeos – Tiene que haber una barrera…sino es imposible que ni Gaia ni mi hijo se hayan enterado de que esta cosa está aquí…- hice amago de caerme hacia adelante y él me sujetó con cariño.

-Os protegeré y la romperé – me dijo de forma segura.

-Ten mucho cuidado…ha aprovechado para estudiarnos…por eso supo dónde atacar y que no contaríamos con que pudiera hacer algo así – murmuré notando como la inconsciencia llamaba a mi puerta pero me negué a no presentarle batalla.


Relacionado con:

Un nuevo amanecer

Las tinieblas y las sombras no son lo mismo

Madre Rusia

El puente entre la vida y la muerte

Doble frente

Sólo hay un mundo

Terror

Dejar al mundo girar

Compañera

El amor de un padre

El guardián

¿Qué es el tiempo?

Amor verdadero

Fiesta

Recuerdos

Blancos o negros

Reunión

Sombras y luces

Fuego

Volviendo al hogar

Regreso

Los caminos son inescrutables

Vuelo

Lento pero seguro

Transformación

Ohana

Planes

No hay mal que cien años dure

Redención

Unidad frente a la adversidad

Respiro

Esperanza

Dolor y placer

Dioses de ayer y hoy

Creer

Guerra y Religión

Proteger a los que quieres

Yemen y Arabia Saudí

Cambiando el mundo

El Oráculo

Quemando etapas

Preparativos

Una piedra en cada tumba

Salvación de las almas

La parte oscura de la humanidad

Reposo

No juegues con quién no puedes

Cleopatra

A la caza

La Presa

Consecuencias forzadas

Nueva Capital Administrativa

Descubriendo un nuevo mundo

El camino del conocimiento

Proteger lo que quieres es lo más importante

Descubriendo el nuevo hogar

Que diferente es el hoy del ayer

Ajet-Atón

Perdonado pero no olvidado

Tradición y Modernidad

El peso de un péndulo

El calor de una madre

Persiguiendo una sombra

Audiencia

Madre con Madre

Familia

Un mundo en armonía

Pasado y Presente

Hasta el mundo aprende

Respuestas

La Llamada

Amazonia

Yo te llevaré

Vida

Me muero

Tinieblas

Gaia

Urusalim

Marruecos y Libia

España

Egipto

Persia

Ucrania

Sudáfrica

Un viaje transcendental en el autobús

El inicio de una era

El Encuentro

Anjesenamón

La pandemia

Antes o después comparecemos ante un juez

El regreso de Maat

Ante la balanza

Luz en medio de la Oscuridad

El Reinado de Isefet

La decisión

Maat e Isefet

Símbolo Viviente de la Divinidad

Horus en el Nido

62 comentarios en “Hay seres que jamás debieron existir

  1. Pingback: El conocimiento es poder | Anuska Martínez

  2. Pingback: Puntos en común | Anuska Martínez

  3. Pingback: A veces los retos se hacen divertidos | Anuska Martínez

  4. Pingback: Lo Desconocido | Anuska Martínez

  5. Pingback: Las sombras del pasado | Anuska Martínez

  6. Pingback: Y de pronto…el silencio… | Anuska Martínez

  7. Pingback: Unión familiar | Anuska Martínez

  8. Pingback: A veces hay sendas y a veces hay que hacerlas | Anuska Martínez

  9. Pingback: Planos | Anuska Martínez

  10. Pingback: Recuperar a los seres queridos | Anuska Martínez

  11. Pingback: Unidos avanzamos | Anuska Martínez

  12. Pingback: La Matadioses | Anuska Martínez

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.