Es en los momentos decisivos cuando se forja tu destino.
Luan
-Bien – dijo User de manera resolutiva – Entonces nosotros nos vamos a ver a nuestra nueva invitada – agregó de forma resolutiva.
-Yo voy – le dije de forma directa.
-Madre…- empezó a decirme Nebadur y yo lo paré levantando la palma de mi mano en su dirección.
-Así calibraré la cantidad de demonios que hay a su alrededor, es una forma también de ver qué intenciones tiene – le respondí con tranquilidad.
-Bueno, de esa forma tendremos todos los campos cubiertos – admitió el abuelo de Nebadur con sencillez.
Observé como Neb me miraba preocupado y yo le sonreí divertida a la vez que Usermaatre le aseguraba:
-La cuidaremos, estate tranquilo –
Fue ahí cuando intervino la pareja del Magnífico socarrona replicándole:
-Oh…yo creo que seguramente ella os cuidaría a vosotros –
Eso le arrancó una suave risa a Nebadur sabiendo perfectamente cómo se las podía gastar su madre y que ellos aún no habían visto nada.
Si que podían haberla visto molesta con lo de los niños pero no enfadada…ahí hasta él sentía un escalofrío de pensarlo, seguramente la única que podría decir de haberla visto en su grado máximo sería Loth.
Por eso Luan ahí miraría a la Matriarca para decirle juguetona:
-Tranquila, los cuidaré –
Sus palabras le arrancarían una risa divertida para que le replicara:
-Lo sé –
Luego sencillamente nos dirigimos hacia la entrada de la ciudad para esperar que trajeran a la chica junto a su séquito que, por su beligerancia habían mandado a los calabozos.
Ella venía sola rodeada de varios guardias.
-Viene con los hombros bajos, no me tiene pinta de que tenga malas intenciones – opinó Nebmaatre con tranquilidad.
User la observó con detenimiento para luego admitir:
-Más bien la veo como un cervatillo que no sabe que va a pasar –
Luan suspiraría para recibir una mirada de ambos:
-No hay ningún demonio rondándola ni ningún carroñero –
User sonreiría a medias sin dejar de mirarme:
-Decir que tú tampoco ves nada malo en ella no te supondrá una urticaria –
Fue ahí cuando lo fulminé con la mirada:
-Vete al cuerno – siseé.
Eso lo hizo volver a reírse divertido.
-Te gusta mucho esa frase por lo que veo -
-No me gusta en lo más mínimo, sencillamente sois vosotros los que habéis pedido sin decir ni pío mi opinión – murmuraría para luego volver a entrecerrar los ojos – Ella es cosa vuestra. –
Relacionado con:
La parte oscura de la humanidad
No juegues con quién no puedes
Proteger lo que quieres es lo más importante
Que diferente es el hoy del ayer
Un viaje transcendental en el autobús
Antes o después comparecemos ante un juez