No juegues con quién no puedes

Es más sabio el diablo por viejo que por Diablo

Luan

El cuerpo de aquella humana cayó al suelo mientras el Demonio emergía de la espada.

-Adelante – le dije como si tal cosa y mientras se la comía me giré para ver que User tenía la reliquia que habíamos ido a buscar en sus manos.

Asentí levemente viendo que en principio lo que habíamos ido a hacer ya estaba, aún que no me había perdido nada de su conversación.

-Ya podemos volver – escuché que me decía el Grande.

Entendía su papel como protector de mi hijo pero el problema no acababa en la muerte de esa humana, ella sólo era la punta, alguien la había invocado y además había in conflicto que desconocía pero o había causado o había alimentado.

-No – dije seria mirando al Demonio que ya había acabado – Hay que ir a por los que la revivieron, sino cuando se enteren de que ha muerto o desaparecido buscarán un reemplazo – agregué seria, no iba a dejar cabos sueltos esta vez.

No permitiría que volvieran a suceder errores del pasado que al final habían desembocado en la muerte de mi hijo. Ya no me importaba si parecía racista o que odiaba a los humanos, al fin y al cabo quién me conociera sabría los motivos y quién los conociera a ellos también lo entendería. Eran seres que podían aportar mucha luz, como en su momento lo había hecho Samara, pero también un sinfín de oscuridad, por ello Nebadur se había tenido que sacrificar…

-Eso suena a plan – escuché que me decía User sacándome de mis pensamientos.

-Aún en este mundo modernizado veo que se sigue usando la magia, mejor dicho chapurreando con ella – aclaré mirando al Demonio – Antaño, cuando la magia era el pan de cada día se cuidaba mucho de dejar un rastro para que otros no lo siguieran – sonreí a medias – Ahora estos novatos ni se preocupan de eso –

-Así que aún que ella no nos haya dicho quiénes la han invocado puedes averiguarlo – le respondió él hilando lo que quería decir gracias a sus años de experiencia.

Asentí contenta de que él lo entendiera sin necesidad de más explicaciones, eso le demostraba el rodaje que tenía también.

Lo siguiente que hice fue caminar hacia la balanza que aún estaba presente y puse mi mano sobre ella para luego murmurar:

-Nebadur, ahora descansa, volveremos cuando acabemos con esto y espero que estés despierto y comido, no preocupes mucho a Ib –

La balanza ahí resplandeció un momento para luego desaparecer parpadeando antes un par de veces como si se tratara de una confirmación a las palabras que le acababa de decir.

-A pocos hace tal caso – escuchó que le decía divertido el Grande.

-Aprendí hace tiempo que, aún queriéndolo, es imposible que no desempeñe su Rol – le dije de forma suave recordando la anécdota de Samara y como al sólo entrar al pueblo se había puesto malo.

-Debe de ser difícil para una madre saber que no puede protegerlo de la forma que le gustaría – admitió de forma pausada, ya que como padre que había sido y ahora protector podía entenderlo muy bien.

No pude evitar hacer una mueca de dolor al escuchar sus palabras y saber que eran totalmente ciertas.

-Lo es – admití abriéndome a él como nunca lo había hecho con nadie – Y lo es aún más cuando ves morir a tu hijo – murmuré mientras Mek se frotaba contra mis piernas.

Fue ahí cuando noté su mano sobre mi hombro y que me llamaba:

-Luan – levanté la mirada para cruzarmela con la de él – Puede que nos conozcamos desde hace poco, pero a parte del cariño que Nebadur te tiene, acabo de ver el poder de una madre que protege a su hijo. Pasara lo que pasase antaño, se que de poder haberlo evitado lo habrías hecho, si en ese momento Neb intervino es que era algo que os sobrepasaba a todos – hizo una pausa – Se que no nos podemos comparar, pero yo también he tenido que aprender a luchar contra mis Demonios y a aceptar mis fallos –

Fruncí levemente el ceño con sus palabras y él separó su mano :

-No lo estoy diciendo en ese sentido Luan – me aclaró rápidamente interpretando a la perfección mi respuesta física.

-Pongámonos en marcha – comenté de forma seria mientras me volvía hacia el Demonio – Busca al que dejó la impronta de la magia –

Este asintió a la vez que desaparecía, dejándolos en un frío silencio que duró unos minutos que parecieron eternos.

-Luan…- empezó a decir Usermaatre.

-Entendí lo que me querías decir, tranquilo. – lo absolví – Pero cada uno carga con sus propios Demonios –

Él asintió despacio.

-Lo importante ahora está en el presente, para ambos – comenté de forma segura a la vez que el Demonio regresaba.

– Los ha localizado – dije tendiéndole la mano para ir a la realidad de las sombras mientras el Demonio regresaba a la espada.


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