A la caza

Antes de entrar asegúrate de dónde está la salida.

Luan

Cogí a Nebadur en brazos, mientras Ib lo miraba preocupada, mis ojos ya se habían vuelto rojos en cuanto lo habían intentado asesinar pero se mantenían igual cuando desvié la mirada hacia el río.

-Lo mejor será volver a Palacio – dije con un tono neutral y ellos asintieron.

Abrí la realidad de las sombras y regresamos, sin olvidarnos de dejar la reliquia que aún teníamos en su sitio, luego llevé a Nebadur a su habitación y lo tumbé en su cama.

Lo arropé e Ib decidió quedarse a su lado lo cual me pareció bien, yo necesitaba recapacitar sobre lo que había sucedido y esa nueva Diosa.

Caminé con paso seguro seguida por Mek hasta el balcón de la habitación y apoyé mis manos en la balaustrada mirando la ciudad en silencio.

-Lo resolveremos Luan – escuché que me decía Usermaatre mientras se acercaba a mi apoyando su espalda de forma tranquila contra la barandilla – No es la primera vez que nos encontramos con estos imprevistos –

Fruncí el ceño sin apartar mi mirada de la ciudad.

-Es la peor conjunción que puede haber – repliqué seria – Una humana con deseos de ser Diosa –

Recuerdos del pasado regresaron a mi mente, recuerdos que aún dolían y me enfurecían a partes iguales.

-¿De dónde sacas qué sea humana? –

Respiré hondo y le dije:

-Por que si fuera una Diosa de verdad Nebadur ya sabría su nombre-

Él se quedó pensativo un momento para luego asentir comprendiendo mis palabras.

-Por eso es más peligrosa aún…- siseé despacio – Si fuera una Diosa aún tendríamos un mínimo de poder sobre ella pero al no serlo…- apreté los dientes mientras Mek ponía las orejas hacia los lados sabiendo por dónde iban mis derroteros .

-Luan – me dijo User mirándome a los ojos – No lo permitiremos – sentenció.

No pude evitar chasquear la lengua desviando la mirada hacia el interior de la habitación donde Nebadur descansaba e Ib le sujetaba la mano.

-Ya no puedo confiar en nadie más que en él – repliqué volviéndolo a mirar – lo humanos y los Dioses, me habéis defraudado de tal forma que no soy capaz de creer en vuestras palabras – sentencié de forma clara pero sincera.

Él me miró para luego decirme:

-Yo aprendí esa lección hace mucho también y el tiempo no ha hecho más que confirmar que el es el único digno de confianza.

-Me preocupa lo sibilina que ha sido – admití apretando la piedra – Creíamos que dividiéndonos la íbamos a atacar por dos flancos y se ha hecho con el Testamento…-

–Le viene de casta, y este sólo es un botón – me respondió dejándome descuadrada por un momento.

-¿A qué te refieres? – le planteé sin entender por dónde me iba a salir.

-A que la conozco y ha usado sus artes conmigo – me dijo y eso me dejó anonadada a la vez que fruncí el ceño mirándolo directamente.

–¿ Sabes quién es? –

-Nueva diosa, Cleopatra, la séptima de su nombre. –

Lo miré en silencio.

-No se quién es esa Cleopatra….juraría que Nebadur la nombró en el Museo

-Pues su nombre ha transcendido incluso en los tiempos más oscuros. – replicó.

Fue entonces cuando hilé que todo esto había empezado a suceder tras el problema con la estatua.

-¿La estatua y ella están relacionadas? – le planteé a User

-Ella es la madre de Ptolomeo. Mandó a su hijo para que Nebjeperure le ayudase a recuperar su supuesta herencia, su hijo fue más sensato que ella.

Chasqueé la lengua contrariada al comprender lo que estaba pasando y por qué Nebadur en esta época no conseguía verlo con claridad.

-¿Pasa algo? – me preguntó el Grande intrigado.

-Estoy segura de que alguien la ha renacido – dije separándome de la baranda.

-¿Renacido? – elevó una ceja – Eso sería bastante malo – admitió.

-Y es lista…ya nos ha dividido una vez y ahora busca o lo mismo o que renunciemos al Testamento que, aún sabiendo que no tiene poder ninguno el que lo muestre a sus seguidores seguro que le dará más poder con eso….ya lo he visto – entrecerré los ojos - Si vamos a por el Testamento Nebadur quedará casi expuesto con todos nosotros lejos de él y si no vamos su poder cuanto más tenga esa reliquia en sus manos será mayor…-

En ese punto no sabía qué hacer, ya que cualquier movimiento sería en su beneficio…necesitábamos apoyo…Fue entonces cuando Gaia se presentó ante nosotros y nos dijo con calma:

-Nosotros lo protegeremos –

Miré a Usermaatre con seguridad, me fiaba de la encarnación en persona de la Tierra para proteger a mi hijo.

-Vamos – me dijo seguro y asentí a la vez que Mek gruñía deseoso de encontrar a esa falsa Diosa.


Gaia

Cuando Luan y el Grande se fueron caminé hacia donde se encontraban Neb e Ib, el primero tumbado en la cama.

-¿Se recuperará verdad Gaia? – me preguntó la joven Drow a lo cual yo asentí.

-Sólo necesita recuperar las energías, no te preocupes – le respondí con tranquilidad para en ese momento ver entrar a una pareja de sirvientes que dejaban algo de comida tanto para Neb como para Ib.

Elevé levemente una ceja al reconocerlos pero cuando me miraron por un momento sencillamente hice un suave cabeceo con mi cabeza entendiendo su indirecta, querían discreción y yo no sería quién de desvelar su secreto, no iba conmigo esa lucha, ya tenía las mías.

-Tiene mucho pesos sobre sus hombros…- escuché que pensaba Ib en voz alta mientras le acariciaba la mano con suavidad.

-Por eso tiene grandes pilares que lo respaldan – le comenté sentándome en una silla.

-Si, eso lo he visto…pero…es en parte injusto – comentó Ib tras estar un rato mirándolo.

-Es el papel que le ha tocado ser, así es el equilibrio y alguien tiene que hacer que se cumpla, al igual que el mío es ser Gaia o el Dios de la muerte sesgar la vida de un infante, son roles que la existencia en si misma ha impuesto y a la que todos estamos atados – comenté de forma pausada.


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