El Monte Ombligo CCLXXVI

Con mi voz y mi fe soy capaz de mover las estrellas de lugar hasta un nuevo amanecer. (María Aguado – Surjo de la nada)

Los cuatro se dirigieron en dirección a la habitación donde se encontraban los demás, ahí Kate se permitió reducir el paso para deleitarse por un momento con la escena. Se puso a observarlos , Ajenatón y Nebnefer iban semiabrazados mientras que Ra se había vuelto a acomodar alrededor de su cuello.

Kate no pudo evitar sonreír a medias contenta por Nebnefer, ahí tenía al que era como un padre para él y también a su mejor amigo, dos pilares no poco importantes para no sólo él sino cualquier persona. La familia y los amigos eran los que nos impulsaban a todos a avanzar siempre hacia adelante.

-¿Kate? -la llamó en ese momento Nebnefer volviendo la cabeza hacia atrás mientras los tres se detenían.

-Voy, voy  le respondió ella apurando el paso.

-¿Ya te has dormido, marmota? -ironizó el Antiguo Supremo Señor del sistema en un claro pique que ella cazó al vuelo y le sacó la lengua antes de replicar:

-Se me había metido algo en el zapato.

-Claro -opinó Ajenatón por su parte con una cariñosa sonrisa.

-Sigues sin saber mentir -resopló Ra a la vez que ella llegaba a su lado y proseguían con la marcha.

-Eh, eh, no se me da tan mal, ya me viste jugando al Póker -le replicó orgullosa la joven.

-Por supuesto yo no tuve nada que ver -respondió socarrón Ra.

-Psss, para nada, te he tenido que sacar las castañas del fuego en más de una ocasión – comentó ella con seguridad mirando hacia el frente, pero realmente estaba muy atenta de la reacción del Antiguo Supremo Señor del Sistema ya que lo conocía bien y además lo estaba picando a propósito.

Por eso mismo vio a tiempo la intención de él al estirarse en su dirección para buscar morderla y ella hizo un quiebro para salir de su radio de alcance.

-¡Ooolé, torero! -comentó al mismo tiempo bromista y eso divirtió a sus acompañantes que se rieron, Neb intentó ocultarlo tapándose la boca con poco éxito.

-Cuando te coja… -rezongó Ra mientras sus ojos brillaban, Kate por su parte sacudió sus hombros como si tal cosa con una sonrisa y no respondió porque ya habían llegado a su destino.

Se detuvieron y Ajenatón soltó despacio y de forma suave a Nebnefer mientras le comentaba con cariño:

-Entra tú primero –

-Pero… -empezó a responder él mientras el rubor volvía a teñir sus mejillas.

Kate le palmeó la espalda a la vez que le decía socarrona:

-Habrá una que te salte encima en cuanto se recomponga de la sorpresa .

Él entendió perfectamente a quien se estaba refiriendo su mejor amiga, a Nirrti, la cual ninguno dudaba que haría exactamente lo que la joven habían dicho.

-Está bien… -aceptó aún más acalorado y tragando saliva antes de indicarle a un guardia que abriera la puerta con un gesto de asentimiento de su cabeza.

Esta lo hizo al momento deslizándose hacia un lado y el joven dio un paso al frente de forma vacilante y luego otro hasta que acabó por entrar en la estancia seguido de Ajenatón y Kate.

La sorpresa llegó a todos los presentes y  la reacciones fueron variopintas, la mayoría de los miembros del consejo sonrieron cada uno a su manera a los cuales también se unió Ángelo el cual se alegraba de forma totalmente sincera del regreso de Nebnefer.

A parte de que saber lo muy importante que era para Ra, Kate y Noa también aún tenía muy presente que les había salvado la vida a él y a su anfitrión casi costándole la vida a él.

-Nebnefer -escuchó el Supremo Señor del Sistema que murmuraba Nirrti mientras se ponía rápidamente en pie para salvar la distancia que los separaba.

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